El secretario del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) Alejandro Mayorkas, insistió el lunes en que los cubanos dejen de ver la vía marítima como un modo de escape desde Cuba, tras los desenlaces fatales que se vienen acumulando en los últimos días.
“En dos semanas rescatamos a muchas familias que intentaron hacer eso y vimos que ocurrieron 20 muertes en solo un par de semanas; es un viaje peligroso, es un viaje inseguro”, dijo Mayorkas en entrevista con la cadena NBC.
Las protestas del 11 de julio mostraron a miles de cubanos exigiendo libertad al gobierno de Cuba; no fue una explosión social como la de 1994 en cuando se produjo una estampida masiva desde la isla hacía territorio estadounidense. Sin embargo, en un país que afronta una campaña de detenciones en respuesta al clamo popular, muchos optan por embarcarse con la esperanza de alcanzar la costa de Estados Unidos.
Un reporte reciente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) indica que en el actual año fiscal, desde el 1 de octubre de 2020 a la fecha, el servicio de la Guardia Costera ha interceptado a 595 cubanos en el mar, lo que duplica las cifras correspondientes a 2018, con 259 migrantes; un tanto ocurrió en 2019 con las 313 personas que intentaron entrar por esa vía a Estados Unidos.
En la entrevista el secretario Mayorkas recalcó el mensaje de apoyo de la Casa Blanca a los reclamos ciudadanos en la isla, “Deploramos la represión que ejerce el régimen autoritario contra el cubano”.
El funcionario señaló hacia las vías legales de la inmigración, aunque la embajada estadounidenses en La Habana, la capital cubana, está con un mínimo de funcionarios tras el retiro de su fuerza diplomática en 2017, cuando varios de ellos presentaron quejas por los llamados “ataques sónicos”, algo que ha quedado sin aclarar por el momento.
Embajada de Cuba, sita en la Calle Oswaldo Payá
La palabras de Mayorkas coincidieron con la aprobación, también el lunes, en el Senado de una legislación por la que se cambiará el nombre de la calle en Washington DC en la que se encuentra la embajada cubana ante Estados Unidos, que a partir de ahora pasará a llamarse Calle Oswaldo Payá, en honor al opositor fallecido en 2012.
La medida, que fue apoyada tanto por demócratas como por republicanos, busca «rendir homenaje a la vida y el legado de uno de los líderes civiles más importantes de la isla, quien pagó con su vida la defensa de un futuro democrático», explicó el senador por Florida Marco Rubio en un comunicado.
«Renombrar esta calle como Oswaldo Payá es un pequeño, pero significativo, paso que obligará a todo aquel que visite o escriba a la embajada a acordarse no solo de Payá, sino de todos aquellos que se han opuesto a la crueldad y la opresión del gobierno comunista cubano», zanjó el legislador republicano.
Oswaldo Payá falleció en julio de 2012 junto al también disidente cubano, Harold Cepero, tras impactar contra un árbol el vehículo en el que viajaban y que conducía Ángel Carromero, dirigente de las juventudes del Partido Popular de España.
La familia de Payá siempre ha insistido en que la muerte de Oswaldo, fue un asesinato orquestado por las autoridades de La Habana, algo que el Gobierno rechaza.