El director residente en funciones de la Corporación Reto del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés), Preston Winter, afirmó ayer que los proyectos ejecutados en dos fronteras del país están diseñados para reducir los tiempos de logística, que actualmente demoran hasta ocho horas.
«Estamos buscando reducir eso a 30 minutos, 40 minutos. Va a ser un cambio tremendo, más automático y (habrá) señalización para los camiones que vienen y puedan pasar con menor dificultad; esperamos que eso ayude, apoye mucho, a los negocios en tránsito y comercio de los países», afirmó.
Winter destacó que es importante tener un vínculo fuerte con los países «en términos de aduana y diferentes trámites». Señaló que el comercio entre países «en términos de valor y porcentajes» y por eso cobra relevancia para trabajar en este tema.
Al respecto, el director ejecutivo de FOMILENIO II, Willian Pleites, remarcó que «la apuesta fundamental es que El Salvador se convierta en un país donde los costos de transporte y logística sean los más bajos de Centroamérica y le permitan, de alguna manera, beneficiarse de algo que solo Costa Rica y Panamá lo están haciendo, que es tener una posición geográfica privilegiada para ser un centro productivo y logístico de importancia mundial».
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Señaló que algunas estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicaban que «los principales obstáculos para invertir no solo en El Salvador sino en Centroamérica son los altos costos en transporte y logística».
«Cuesta 17 centavos (de dólar) transportar una tonelada por kilómetro y la velocidad promedio del transporte es de aproximadamente 17 kilómetros por hora, cuando en Estados Unidos es de aproximadamente 70 kilómetros, mucho de eso se genera en los cuellos de botella de los recintos fronterizos», explicó.
Argumentó que si el semáforo no está en rojo en las fronteras, el tiempo para pasar de un lado a otro es de «siete u ocho horas» y reafirmó que buscan reducirlo a 30 minutos. Para ello, indicó que se debe invertir en las fronteras.
Actualmente, FOMILENIO II, que es el brazo ejecutor de MCC, ejecuta proyectos en las fronteras El Amatillo (en La Unión) y Anguiatú (en Metapán), además de construcción y reconstrucción de escuelas, y otros relacionados al tema de agua y saneamiento. De acuerdo con Winter, a finales de agosto o septiembre se podría finalizar los ocho proyectos pendientes.
Agregó que el país ha tenido una ejecución bastante buena «en términos de eficiencia y productividad en cuanto a los tiempos».