La necesidad por encontrar un empleo estable y desarrollarse como médico llevó a Rafael Antonio Castro Rodríguez, de 34 años, a enlistarse para formar parte del personal de Salud contratado por el Ministerio para atender a pacientes positivos por COVID-19. Fue una decisión difícil y arriesgada ya que el panorama era el que se imponía en todo el mundo: el de la pandemia de coronavirus.
Pero su decisión profesional lo llevó hasta el asilo Sara Zaldívar donde contrajo el virus en los momentos más críticos de la pandemia.
«Comencé a laborar este año en el ministerio de Salud contratado para ver personas con COVID-19, nosotros íbamos a estar tratando a pacientes que tuvieran todos los síntomas relacionados a la enfermedad. Si no me equivoco fue en marzo que comenzamos a trabajar por la modalidad de servicios profesionales», detalló el doctor Castro.
Agregó que durante los primeros meses estuvieron brindando asistencia médica en los centros de contención a nivel nacional, luego durante el momento más crítico de la pandemia en nuestro país fue enviado al asilo Sara Zaldivar.
«Para junio-julio, donde tuvimos el mayor repunte de casos de COVID, estuve laborando en el asilo Sara Zaldivar, en el lugar casi que el 100% de los pacientes resultaron positivos, a nosotros nos hacían un tamizaje cada semana. Yo cabal empecé con síntomas para el día de mi cumpleaños el 1 de julio, al siguiente día me hicieron la prueba y entre el 4 al 5 de julio me dieron el resultado que era positivo», explicó Castro.
El médico comenta que desde el 1 de julio y durante los siguientes siete días los síntomas como dolor de cabeza, congestión nasal, mocosera, pérdida del olfato, cansancio, diarrea, deshidratación, dolores en las articulaciones y dificultad para poder resistir comenzaron a agudizarse.
«El día que me avisaron que era positivo yo estaba super mal, tenía 38.7 de fiebre y no bajaba de esa cantidad, me ponía trapos húmedos, tomaba acetaminofén y me bajaba levemente, pero luego regresaba. Los primeros siete días fueron los más decisivos en esto porque fue cuando más se sintieron los síntomas, nunca me faltó el aire, pero si empecé a sentirme más cansado como cuando uno va a hacer ejercicio, caminaba un poco y ya empezaba a cansarme», apuntó el médico.
ANGUSTIA FAMILIAR
Al mismo tiempo que el doctor Castro inició con los síntomas, su mamá, su papá y sus dos hermanos, con quienes vive en Santiago Texacuangos, también contrajeron el virus. De ellos quien se puso más grave fue don Rafael Enrique Castro, de 66 años, padre del médico.
«Lastimosamente cuando yo enfermé, también se enfermó toda mi familia, pero mi papá por ser una persona de la tercera edad y tener enfermedades crónicas como una hipertensión arterial, pues él cayó gravemente», afirma Castro.
Agregó que su padre necesitaba oxígeno para poder respirar por lo que estuvo hospitalizado diez días, primero en el hospital San Rafael y luego en el hospital de Chalatenango.
Para alimentarse, la familia Castro Rodríguez recibía la ayuda de un familiar quien les llevaba víveres o cosas para que pudieran cocinar.
«Durante los quince días que pasamos en cuarentena nos organizamos con un sobrino para que nos llevará los víveres, ya él lo dejaba en un área y nosotros desinfectamos el área, lo que él traía, y así es como podíamos obtener alimentos, a veces por falta de dinero, no podíamos tener cosas almacenadas», afirmó el médico.
REGRESO A LAS LABORES
Castro apuntó que su mamá y sus dos hermanos superaron la enfermedad luego de 15 días de cumplir el tratamiento para pacientes Covid-19. Sin embargo, pese a medicarse tras 15 días y por el miedo a perder su trabajo tuvo que regresar a laborar aún siendo positivo.
«El 16 de julio tuve que regresar a trabajar, ese día hice mi último turno en el asilo, luego me enviaron a la unidad de salud de Santiago Texacuangos, donde permanezco hasta este día. A pesar que mi tercera prueba aún salió positiva tuve que trabajar porque ya no tenía incapacidad, y tuve temor de perder mi empleo, además que la carga viral para ese tiempo ya no era transmisible, ya a finales de julio por fin di negativo en la cuarta prueba», detalló Castro.
El médico indicó que en el último mes varios de sus compañeros, que estuvieron positivos en los momentos más críticos de la pandemia, han vuelto a contagiarse y que eso le genera temor, sobre todo por su familia.
«Me preocupa volverme a contagiar y que mis familiares se enfermen de nuevo, la primera vez casi perdemos a uno, eso genera temor», enfatizó Castro, quien asegura que seguirá luchando contra la pandemia a pesar de los riesgos.