Rosa María del Carmen Gálvez, de 46 años, es una madre ejemplar. Reparte su tiempo en ser madre de dos niñas y colaborar con la atención a personas desconocidas desde hace 28 años, cuando entró a las filas de Comandos de Salvamento como socorrista voluntaria, y en los últimos años se desempeña como encargada de clínica. Gálvez manifiesta que ser mamá y socorrista le da mucha felicidad, pues se demuestra que tiene la capacidad de hacer dos labores al mismo tiempo.
«Me siento bien al realizar dos cosas a la misma vez: trabajo en dos cosas a la misma vez, como madre y socorrista». El tiempo transcurrió y en 1993, cuando tenía 18 años, ingresó a Comandos, tomó los cursos y se inició como socorrista. Al tiempo tuvo a su primera hija, que se crió entre los pasillos del cuerpo de socorro. Luego llegó su segundo embarazo y la voluntaria asegura que no fue impedimento para seguir con su labor de voluntariado.
«A ellas [mis hijas] les gusta la labor que desempeño, conocen muy bien todo el trabajo que se realiza en Comandos y manifiestan que se sienten orgullosas por todo lo que hago, porque aquí uno coopera con el tiempo».
Rosa María del Carmen Gálvez
Rosa María cuenta que trabajar en Comandos y que sus hijas estuvieran todo el tiempo en la institución influyó para que ellas admiren el trabajo hecho por ella, al punto que su primogénita decidió seguir sus pasos en el cuerpo de socorro. La socorrista trabaja de lunes a viernes en jornadas diur – nas o nocturnas, pero relata que los fines de semana se los dedica por completo a sus pequeñas: entre pláticas, labores del hogar y tareas transcurren sus días fuera de Comandos de Salvamento.