María Flores, de 27 años, una ingeniera industrial que trabaja en una cadena de supermercados en Tegucigalpa, Honduras, reconoció que, de no ser por la empresa privada, no estaría vacunada ni con la primera dosis de la farmacéutica AstraZeneca, la cual recibió en mayo.
Su cartilla de inmunización indica que la segunda dosis está programada para finales de agosto y esto representa un alivio para la hondureña. «Me vacuné, pero por el trabajo, por parte del Gobierno me muero», manifestó a «Diario El Salvador».
Con ese mismo mecanismo se sometió al proceso su padre, de 55 años, quien también ya recibió la primera dosis de AstraZeneca.
Flores señaló que «hasta ahora se está viendo el movimiento» de las jornadas de inmunización por parte de la Secretaría de Salud (Sesal) en la ciudad que actualmente es el epicentro de la pandemia, donde en las últimas semanas se han registrado brotes de contagios y hospitalizaciones.
«Definitivamente no hay cupos y es bastante caro enfermarse», reflexionó, ya que sus progenitores superaron la COVID-19 después de Semana Santa. En abril, el Gobierno de Honduras firmó un acuerdo con la empresa privada al que denominaron Honduvac, para que el sector privado pudiera comprar —con sus propios fondos— las dosis de vacunas de diferentes farmacéuticas y suministrarlas a sus empleados de forma gratuita.
El único autorizado para la adquisición de dosis es el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) y todas las entidades interesadas podían formar parte. Además, tuvo que hacer un listado y cálculo de las dosis necesarias.
El Cohep tiene la asistencia técnica de la Sesal y del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). La empresa privada se propuso comprar más de 1.5 millones de vacunas anti-COVID-19.
Esta institución previamente había firmado un acuerdo con el IHSS, en noviembre de 2020, para adquirir 1.4 millones de vacunas.
Hasta la fecha, la mamá de Flores, de 55 años, es la única que ha participado en las jornadas organizadas por el Gobierno. Hace tres semanas le aplicaron la primera dosis del fármaco de Moderna, obtenido por medio de los donativos del mecanismo COVAX que arribaron a Honduras el 27 de junio, con 1.5 millones de dosis, y el 22 de julio, con la misma cantidad.
Su abuela, de más de 70 años, se encuentra a la espera de la siguiente cita, pues entre mayo y junio recibió el componente uno de la vacuna Sputnik V, el cual está bajo investigación para combinarse con otra dosis de una farmacéutica diferente.
El 24 de julio, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) anunció que impulsarán un ensayo para establecer la efectividad de la combinación de dos dosis de distintas empresas.
Precisamente el estudio estará enfocado en las vacunas Sputnik V y Moderna. Esto como alternativa ante el desabastecimiento de dosis y la falta del cumplimiento del cronograma del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) por la compra de 4.2 millones de dosis de la Sputnik V.
El país recibió un primer cargamento en abril de 6,000 dosis. Un mes después llegó otro, con 400,000 dosis. Desde entonces ya no enviaron más. La ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, anunció hace dos semanas que esperan otro lote en los próximos días, pero no dio más detalles.
Las pocas vacunas con las que cuenta el Gobierno preocupan a María Flores, pues su hermana de 25 años todavía se encuentra en espera de que lleguen a esa segmentación para hacer su cita para recibir el fármaco contra la COVID-19.
La transmisibilidad de esta enfermedad no ha sido detenida a pesar de que el país extiende con frecuencia los toques de queda, comprendidos entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, para evitar la vida nocturna.
ALZA DE CASOS OBLIGA A UNA «VACUNATÓN»
Luego de determinar que el Distrito Central de Honduras, Tegucigalpa, en el departamento de Francisco Morazán, es el epicentro de la pandemia en el país, el Gobierno planeó una «vacunatón» el sábado 31 de julio y el 1.º de agosto, para llegar a la población, inicialmente, de 35 años con o sin enfermedades de base, pero se extendió hasta los 28 años, tanto de la primera dosis como de la segunda.
El suministro de la primera dosis fue de la farmacéutica Moderna, y de la segunda, de los laboratorios Pfizer, AstraZeneca y Moderna, en siete puntos habilitados. Las jornadas se desarrollaron de 7 de la mañana a 10 de la noche; según la Secretaría de Salud, lograron suministrar 121,209 dosis solo ese fin de semana.
«De acuerdo con el comportamiento epidemiológico observado en las últimas cuatro semanas, ya sabemos que el epicentro de la pandemia está en el Distrito Central. Esto nos obliga a replantear varias estrategias.
Además de la jornada masiva de vacunación, tenemos que replicar esta actividad en todas las cabeceras municipales del departamento de Francisco Morazán», explicó la ministra de Salud de Honduras, Alba Consuelo Flores, en una conferencia de prensa el 26 de julio.
SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA
La situación de alerta en Tegucigalpa se amplió esta semana en las ciudades de Comayagua y Choluteca, y en los departamentos de Valle, Cortés, Olancho, El Paraíso y La Paz. Los sectores fueron seleccionados para otra «vacunatón» este 7 y 8 de agosto, con el objetivo de aplicar 125,000 dosis a personas mayores de 35 años. Se trata de primera y de la segunda dosis, especificaron las autoridades.