La lucha contra la COVID-19 llevó al médico anestesiólogo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) Carlos González Benavides a desarrollar un sistema para evitar que los pacientes fueran intubados.
González recordó el primer paciente que fue llevado a las instalaciones del Seguro Social para que fuera tratado por el virus.
«El primer paciente que recibimos en el ISSS de San Miguel era una persona que venía de La Tiendona, en San Salvador, no era migueleño. Luego comenzaron a enviarnos más personas y así estuvimos trabajando día y noche para salvar vidas», contó el médico.
Añadió que en todo el mundo estaban escasas las mascarillas para darles oxígeno a los pacientes, por lo que las autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) habían pedido cientos de mascarillas de oxígeno, pero les informaban que estaban agotadas.
El profesional en salud se enteró de que en España estaban utilizando un sistema que funcionaba muy bien y evitaba que las personas con coronavirus fueran intubadas.

El método consistía en colocar una mascarilla con dos tubos de oxígeno, y eso se ponía en el rostro del paciente.
El sistema evitó que las personas necesitaran el ventilador artificial, por lo que el doctor aseveró que se sintió feliz al ver que podían resolverles a las víctimas de la COVID-19.
«Ese método funcionó muy bien y las autoridades en San Salvador, al ver que estaba funcionado, nos apoyaron con las herramientas, y allá también se implementó. Acá en el ISSS de San Miguel utilizamos más de 1,000 mascarillas», aseveró.
Asimismo, recordó que sus compañeros se entregaron para salvar vidas de miles de salvadoreños y mencionó que constantemente pensaba en la manera de recuperarlos.