La estrategia de recompra de deuda lanzada por El Salvador el 26 de julio ha llamado la atención de la comunidad internacional y de los mercados que reaccionaron con una súbita alza de los bonos nacionales en 50 puntos ese mismo día y continuaron presentando una perspectiva positiva.
En este escenario, el vicepresidente de Exor Latinoamérica y experto en el mercado bursátil internacional, César Addario, confirmó que «el mercado de valores ha reaccionado de forma positiva ante el anuncio realizado por el presidente Nayib Bukele».
El ejecutivo explicó que el precio transado por el bono de vencimiento en 2023, aumentó $11.01 entre 25 y 27 de julio; mientras que el bono con vencimiento en 2025 también registró impactos positivos, muestra de ello es que su rendimiento se colocó por encima del de 2023, con 44.61 %, y su precio aumentó en 36.63 %, cotizado en $48.40.
«Esperamos que los impactos positivos sigan sucediendo, en los bonos soberanos salvadoreños, a medida se acerque el tiempo estimado para ejecutar las primeras operaciones de recompra y, sobre todo, luego de realizarse las mismas», analizó Addario.
Mientras tanto, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya reiteró en una entrevista para el medio internacional CNN, que la estrategia planteada se encuentra en el marco de las reglas del mercado, y que se realiza de una forma pública y transparente para ofrecer a los inversionistas la alternativa de vender los bonos en las condiciones actuales del mercado o esperar el plazo de pago de enero de 2023.
Además salió al paso de las críticas respecto al fondeo necesario para que el país haga realidad la recompra, y explicó que además de los fondos otorgados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) conocidos como Derechos Especiales de Giro (DEG), el país dispone de apoyo financiero de otras multilaterales.
«No son los únicos fondos con los que contamos, tenemos desembolsos pendientes. Los ingresos por recaudación han aumentado hasta un 26 %. Tenemos acceso al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE)», declaró al medio internacional.
Respecto a los 275 millones en DEG, que promedian unos $360 millones, también remarcó que no se trata de un préstamo sino de fondos de la República de El Salvador que se encuentran en las cuentas del Banco Central de Reserva (BCR), a los que el país accedió como el resto de los países miembros del FMI como parte del apoyo que brindó esta entidad en el marco de la pandemia COVID -19.
«Los activos utilizados para esta nueva estrategia pertenecen a la República de El Salvador, fueron brindados por el FMI pero tienen una libre disponibilidad», aseveró.