En una primera impresión, el rock y la música sinfónica parecen ser dos géneros imposibles de combinar por ser dos corrientes de polos opuestos, sin embargo, la Big Band Juvenil de El Salvador y artistas nacionales reconocidos del género rock se han atrevido a fusionarlos para hacer emerger una espiral de sonidos totalmente únicos del cual serán testigos los amantes de la música sinfónica y del famoso grupo estadounidense Metallica, en un tributo a celebrarse el próximo viernes 10 de febrero, en el Hotel Real Intercontinental.
David Pimentel, director artístico de la Big Band Juvenil de El Salvador, contó a Diario El Salvador sobre este proyecto innovador en el país, en el que brindarán un tributo a la banda legendaria de rock Metallica, junto a referentes del rock en el país. Una apuesta arriesgada e interesante.
«Queríamos llegar a un público diferente (a los seguidores de la música sinfónica) con un concepto nuevo en El Salvador. Es algo que ya se está haciendo en varias partes del mundo, pero no aquí en el país»,
David Pimentel, director artístico y arreglista.
La columna vertebral de la banda sinfónica, y de rock que se ha atrevido a llevar a cabo esta apuesta tiene como base a Paul Quijada en la voz; Julio Rodas en la guitarra, especialista en tributos de rock; Jerry Pardo, también en la guitarra; Benjamín Andrade en la batería, especialista también en el rock, y Mauricio Jule en el bajo, todos músicos que han formado parte del legado de bandas como Alter Ego, Steady Rollin, Araña y Dreamlore.
«El proceso de preparación consiste en seleccionar a la banda anfitriona, hay ciertos músicos que ya están con estos géneros de toda la vida, que ya han hecho tributos. Ellos son el núcleo con la batería, la guitarra, el bajo. Una vez teniendo a los músicos principales, podemos empezar a ver los arreglos y las partituras», cuenta Pimentel.
El esqueleto de la nueva corriente de la que serán testigos los salvadoreños termina de conformarse con la participación de más de 30 músicos a cargo del violín, trompeta, clarinete, chelo, flauta, entre otros instrumentos de orquesta sinfónica.
¿Qué hace posible la fusión de dos polos opuestos?
«Somos bien diferentes. Los músicos de la banda sinfónica son más silenciosos, y hacen música siguiendo partituras, pero los músicos del rock se dejan llevar más por el ritmo de la música y son más ruidosos, pero al final hemos logrado aprender unos de los otros».
«Hemos estado ensayando. El lunes tendremos otro ensayo, y también haremos una prueba de sonido estricta previo al concierto del viernes. Es difícil trasladar el rock a lo sinfónico», pero están listos para demostrarle al público que presentarán una obra magistral que ya provocó que todas las entradas para el espectáculo se agotaran, lo que indica que exista un gran expectativa.