Dos personas murieron en México por el paso de John, que tocó tierra en el Pacífico como huracán categoría 3 la noche del lunes, pero que este martes se dispersaba, mientras que el Caribe mexicano se declaró en alerta por la tormenta Helene.
Se reportó «el fallecimiento de dos personas a causa de un deslave en su casa» en la comunidad de Tlacoachistlahuaca, informó en rueda de prensa Evelyn Salgado, gobernadora del estado mexicano de Guerrero (sur).
Las víctimas, de acuerdo con un informe de Protección Civil, son una mujer y un niño que vivían en esta comunidad de unos 5.000 habitantes y de difícil acceso por estar enclavada en una zona montañosa.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, los remanentes de John se encontraban a unos 115 kilómetros del puerto vacacional de Acapulco con vientos sostenidos de 55 kilómetros por hora que seguirán provocando precipitaciones.
«Fue un fenómeno fuerte, con muchas lluvias», dijo en su conferencia de prensa matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el ciclón que tocó tierra cerca de Marquelia, Guerrero, una región escasamente poblada.
La llegada de John causó nerviosismo en pobladores de Acapulco, que en octubre de 2023 fue devastado por el huracán Otis, de categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, dejando decenas de muertos y desaparecidos.
«Me enfermé de los nervios porque dos días antes había hecho un viento (…) como empezó el Otis y levantó polvo, láminas, todo (…) Los niños se pusieron histéricos», dijo a la AFP Marta Sotelo.
La mujer y sus familiares prefirieron ir a un albergue antes de la llegada de John, que se debilitará en los próximos días, según los pronósticos.
Otis sorprendió a autoridades y expertos en meteorología pues en cuestión de horas se fortaleció dejando poco tiempo para tomar previsiones.
Alerta en el Caribe
Guerrero y su vecino estado de Oaxaca han sido los más golpeados por el paso de John, que poco antes de tocar tierra alcanzó la categoría 3 (de 5) de la escala Saffir-Simpson.
En Oaxaca se han reportado caídas de árboles en varios municipios de la costa y afectaciones en carreteras.
En ambos estados han sido desplegados miles de funcionarios, entre militares y personal de cuerpos de emergencia. Además fueron habilitados unos 300 albergues para acoger a pobladores de zonas de alto riesgo.
Mientras tanto, el estado de Quintana Roo (sureste), donde se localizan los balnearios de Cancún, la Riviera Maya y Tulum, se declaró en alerta ante el avance de la tormenta Helene por el Caribe.
Según la trayectoria pronosticada por el NHC, el fenómeno cobrará fuerza de huracán al amanecer del miércoles frente a Cancún, aunque no tocaría tierra.
Se estima que Helene pueda impactar el jueves la costa de Florida, Estados Unidos, probablemente como un huracán mayor, es decir superior a 3 y considerado potencialmente catastrófico.
En julio pasado, el Caribe mexicano se vio afectado por el paso del huracán Beryl, lo que obligó al desalojo de cientos de turistas y causó al menos 18 muertes en islas caribeñas, Venezuela y Estados Unidos.
Por su ubicación geográfica, México sufre todos los años el embate de ciclones, tanto en la costa del Pacífico como en la del Atlántico, normalmente entre mayo y noviembre.