México renovará este domingo su Cámara de Diputados y unos 20,000 cargos locales, en una elección marcada por los estragos de la pandemia y la violencia, que pondrá a prueba al presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Unos 95 millones de mexicanos están convocados para elegir, además, a 15 de 32 gobernadores. Los comicios se celebrarán tras una campaña sangrienta. Un total de 89 políticos han sido asesinados desde septiembre pasado —35 de ellos eran candidatos—, según la consultora Etellekt.
López Obrador, quien atribuye la violencia a una estrategia del crimen organizado para ampliar su poder, sostiene que la seguridad de la jornada está garantizada. En la contienda de 2018 fueron asesinados 48 aspirantes.
Los criminales buscan «potenciales aliados entre los futuros funcionarios», aseguró la ONG International Crisis Group.
En ese marco, la elección tendrá un carácter plebiscitario para el líder izquierdista, elegido en 2018 por seis años y cuya popularidad supera el 60 %, según encuestas.
«El presidente sigue siendo el actor principal de todo el ecosistema político», señaló la analista Paula Sofía Vázquez. Los comicios reeditarán así el proceso en que López Obrador, de 67 años, se erigió como candidato «antisistema» contra la corrupción de los partidos tradicionales PRI (centro), PAN (conservador) y PRD (izquierda), hoy unidos contra el oficialista MORENA.
Esa coalición «vino a confirmar la narrativa del presidente de que eran todos contra él», añadió Vázquez. En las últimas legislativas, en 2018, la alianza oficialista obtuvo dos tercios de los 500 diputados, «mayoría calificada» que permite modificar la Constitución. López Obrador intenta mantener ese control, pero resultados dispares en economía, seguridad y salud no lo garantizan.