México y El Salvador son países hermanos. Nuestra herencia milenaria, compartida en los pueblos mayas y nahuas, fortalece la cooperación actual. Juntos reconocemos los retos y las oportunidades que enfrentamos para fomentar el desarrollo, el bienestar, la paz y la migración segura y ordenada, con respeto a los derechos fundamentales.
Es prioridad común de ambos Gobiernos regular la migración con humanismo y de manera integral. Migrar debe ser una opción y no la única solución a las situaciones que enfrentan numerosas comunidades en nuestros países. Para lograrlo, debemos fomentar el desarrollo local y favorecer las condiciones para el empleo. Defendemos, además, que en esta migración ordenada, legal y segura haya plena observancia de los derechos humanos de las personas migrantes, ya sea en su país de origen, de tránsito, de destino o de retorno.
Es por esto que la República de El Salvador es uno de los cuatro pilares del Plan de Desarrollo Integral (PDI). Esta es la iniciativa de política exterior más ambiciosa del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. El PDI supera el enfoque asistencialista que ha caracterizado a la cooperación internacional en el pasado. Es un plan solidario que parte de un espacio geográfico compartido y de circunstancias sociales y económicas similares. Sus dos ejes son el programa Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, que han mostrado viabilidad y capacidad de adaptación en distintos entornos sociales y culturales. Hasta hoy, cerca de 20,000 habitantes de El Salvador que se encontraban en gran vulnerabilidad y propensión a migrar se han beneficiado con los programas.
La crisis climática y la pandemia de la COVID-19 han hecho mella en nuestras comunidades. Por este motivo, México y El Salvador han profundizado su relación de cooperación. En la XI Reunión Binacional de 2021, se destacó la suscripción de instrumentos en materia de cooperación cultural sobre patrimonio digital, así como acervos bibliográficos, lo que permitirá ampliar la oferta de cooperación entre ambos países. Además, el compromiso para la renovación del acuerdo de colaboración en materia académicodiplomática entre los institutos especializados y la prórroga del Convenio Básico de Cooperación Técnica y Científica.
En 2019, en la ciudad de Tapachula, los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y El Salvador, Nayib Bukele, se reunieron por primera vez. En ese momento, con la puesta en marcha de Sembrando Vida, en la república salvadoreña se auspiciaba una relación política más estrecha y una cooperación bilateral más extensa. Nuestras economías son, además, complementarias, por lo que las puertas están abiertas para alcanzar un desarrollo compartido y sustentable.
En esta visita, nuestros Gobiernos explorarán las mejores vías para la promoción de inversiones en infraestructura de comunicaciones y turismo principalmente, así como la venta de combustible. Empresas mexicanas prevén participar en licitaciones de grandes obras como el aeropuerto internacional en La Unión, la comunicación por ferri entre El Salvador y Costa Rica y el Tren del Pacífico. Estas posibles inversiones y participaciones mexicanas se sumarían a las que se han asentado en el puente Hermandad, el «bypass» y el puente Manuel José Arce. Bajo el Tratado de Libre Comercio entre México y Centroamérica, de 2012 a 2021, el comercio bilateral con El Salvador ha crecido 140 %, un acumulado de 1,421 mmd. La inversión mexicana sobrepasó los 3,016.88 mmd y hay más de 45 empresas mexicanas instaladas ahí, principalmente en los sectores de manufactura industrial, alimentos, telecomunicaciones y servicios.
Asimismo, los Gobiernos de México y El Salvador tenemos la posibilidad de ampliar la colaboración de nuestras redes consulares en otros países americanos, como en Estados Unidos, que es el principal destino de la migración de nuestros países. De esta manera, podremos servir mejor a los connacionales que radican en el exterior.
El Gobierno de México confía en que el buen entendimiento entre los líderes permitirá aprovechar las coincidencias entre ambos países. La relación bilateral México-El Salvador tiene futuro: de nosotros depende trazar la ruta para alcanzar el bienestar de nuestros pueblos.