Club Deportivo Platense ha logrado una gesta histórica para su club, de encontrarse hasta hace pocos años en la segunda división de fútbol, a llegar a las semifinales y arrancarle un empate 1-1 a Chalatenango fuera de casa en el partido de ida.
Este domingo, Platense se verá nuevamente las caras con Chalatenango, a tan solo un paso de llegar a la final del Torneo Apertura 2021 de la Liga Mayor de Fútbol de El Salvador.
Sobre este posible acontecimiento, el sacerdote Carlos Torres, vicepresidente del equipo de Zacatecoluca, solo tiene una sencilla frase, pero llena de fe: «Dios sabrá lo mejor, si nos conviene o no nos conviene», asegurando que Él ya les hizo «el milagro de llevarnos hasta primera división con gente (jugadores) que viene desde segunda división».
El padre Carlos, quien está a cargo de la Parroquia Jesús Cautivo de Zacatecoluca, en La Paz, es dirigente del Platense desde el año 2017. Sin embargo, el fútbol ha sido su gran pasión desde niño, tanto que estuvo a punto de dejar su camino hacia el sacerdocio por seguir su sueño, pero asegura que algo más grande lo detuvo.
«Mi objetivo no era ser sacerdote, en un principio quería ser futbolista. Desde niño mi afición al fútbol fue grande, desde los nueve años comencé a jugar. Pero en el camino salió la vocación sacerdotal y me fui al Seminario Menor Pío XII de San Vicente a los 16 años», explica el padre.
Relata que la primera prueba hacia su vocación fue en tercer año de bachillerato:
«Yo era compañero de Luis Alberto ‘El Pelón’ Ramírez, él no era seminarista, sino que nosotros estábamos en un internado y salíamos a estudiar afuera, al Instituto Nacional Sarbelio Navarrete (INSAVI); fuimos campeones de los intramuros, y ahí llegó el tentador: los directivos de reserva del Independiente de aquél entonces, 1978, donde me propusieron para jugar en la reserva porque tenía casi 18 años cumplidos».
Recuerda que ese era su sueño, que había hecho sus planes y finalmente tomó la decisión de dejar el seminario; sin embargo, el rector le cuestionó si la decisión la tomó consultando a su director espiritual:
«Yo no había hablado con nadie. Vengo y me despido de todos y me fui. Camino a Verapaz me encuentro a mi director espiritual, fue cuando él me propuso que tenía que escuchar al rector, fue donde él cambió mi vida, haciéndome ver cosas muy lindas del sacerdocio», expresó el padre Carlos, quien agradeció también el hecho de que podría continuar jugado siendo también sacerdote.
«Estuve en la selección del seminario San José de la Montaña. Fui federado en 1985, en Atlético San Sebastián; estuve con el Maracaná en San Rafael Obrajuelo, en donde subí, siendo sacerdote, a tercera división».
Luego de haber practicado «papi fútbol», fundo su propia escuela de fútbol para niños: «Padre Carlos y sus amigos», llamada así por las personas que le apoyan; y en julio de 2017 asumió la presidencia del Platense.
Sobre esto, recuerda que en ese momento el equipo estaba «en abandono», antes había subido al C.D. Alacrán a segunda división, según relata el padre Carlos. «Todos sabían que yo había jugado, que me gusta el fútbol», y fue por eso que lo buscaron para asumir la presidencia del equipo.
Al ver todo lo que ha logrado el Platense, expresó solamente una cosa: «Primero, todo lo pusimos en las manos de Dios, segundo: devolverle la credibilidad al equipo, haciendo un trabajo transparente, honesto, justo y recto». Explica que nadie de la Junta Directiva tiene un salario, y que mientras se encuentre al frente del equipo, nunca va «a permitir la corrupción».
Asegura que no se trata de solo un milagro, sino de un trabajo en conjunto de toda la institución, tanto jugadores como directivos. Además, recuerda que cada uno de los títulos que han obtenido los han presentado en la parroquia Jesús Cautivo como agradecimiento al Creador.
Explica también que la fe es lo que los ha mantenido unidos como equipo, pese a que no todos los integrantes son católicos:
«No hay diferencias, siempre mantenemos esa hermandad, es un ambiente bonito. Lo importantes es manejar un verdadero camerino. Los problemas que existan se van a reflejar en el campo. Lo que tenés que hacer manejar todo esto», relató; y explicó que la disciplina es importante.
Además, aseguró que no ha estado exento de críticas debido a que, además de su trabajo pastoral, también está apoyando al Platense:
«En la parroquia hay gente que no está de acuerdo en que yo apoyo a Platense, pero yo nunca voy a dejar algo religioso por irme a ver un partido. Si voy es porque he cumplido mis compromisos. En muchos de los triunfos yo no he podido estar. Cuando subió a la primera división, estaba celebrando un Corpus Christi; y cuando fuimos campeones yo estaba celebrando dos misas, la directiva sabe que Dios es prioridad para mí», y explicó que este domingo 12 de diciembre no podrá estar en el partido de vuelta de la semifinal, ya que celebrará la procesión de la Virgen de Guadalupe.
«Ellos me piden que ore por ellos, tienen claro que para mí Dios es prioridad» concluyó.
Sobre el partido ante Chalatenango, solamente agregó que agradecerán a Dios sea cual sea el resultado, «que nos dé un poquito más de humildad, y que sea lo que Él quiera».