La menarquia o la primera menstruación es un proceso biológico que representa un cambio en el cuerpo de las niñas que indica la maduración hormonal y sexual.
Menarquia es el nombre para este momento que comúnmente y de manera equivocada recibe cualquier otro, por ejemplo, la regla.
Este proceso ocurre en diferentes edades y los factores para que suceda a una edad u otra varían mucho; sin embargo, suele ocurrir de los nueve años en adelante y se constituye como parte del paso de la niñez a la adolescencia.
Este proceso biológico requiere de mucha atención y educación de parte de la pequeña y de la familia, es decir, por quien la acompaña en este, ya sea la mamá, una tía o la abuela.
Por lo general es una mujer del núcleo familiar la que recibe la responsabilidad de guiar a la niña en este nuevo momento de su vida.
Laura Contreras, periodista y educadora menstrual, lleva más de cuatro años impartiendo el taller «Aprendo jugando de mi primera menstruación», un espacio didáctico y de confianza en el que las pequeñas de nueve años en adelante, por lo general que no han tenido su menarquia, pueden comprender, hacer preguntas y desmitificar varios aspectos sobre ese momento.
Laura explica que el objetivo es que las niñas tengan una experiencia armónica de un proceso biológico natural. «Que ellas comprendan que todo es salud, que la misma menstruación es un proceso de salud que nos indica que estamos creciendo y es parte de nosotras», comenta.
Los talleres, previo a la pandemia, contaban con el acompañamiento de un familiar; sin embargo, desde este año para reducir el aforo son impartidos solo a las pequeñas. No obstante, Laura indica que es necesario que un familiar las acompañe y que también inicie un proceso en el que, de manera personal, le dé una resignificación a su experiencia para apoyar a la niña de manera sana y educada.
En el taller, las niñas con la guía de Laura, y en ocasiones de otra profesional en psicología o salud, desarrollan el juego la aventura del óvulo, en la que se inicia el ciclo menstrual desde su origen, es decir, los ovarios, hasta que finalmente sale por la vagina.
Durante el juego, las casillas cuentan con preguntas y respuestas con información sobre aspectos físicos, mentales y sexuales relacionados con la primera menstruación. Al final, todas ganan con lo aprendido.
Además, el espacio sirve para que las participantes agoten todas las preguntas en un ambiente de respeto y mucha confianza.
Laura explica que si bien este proceso es natural y parte de la vida de las niñas, también se vuelve fundamental enseñar la importancia de atender la salud de la vulva y, sobre todo, que ellas se sientan escuchadas y acompañadas.