Luego de la crisis laboral provocada por la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos, algunas industrias sufren ahora las consecuencias de la falta de mano de obra mientras miles de personas renuncian a sus puestos en números récord.
Los rótulos anunciando oportunidades de empleo están por todas partes. En algunos casos, incluso, se ofrecen bonos de hasta 500 dólares al momento de firmar la contratación.
Y es que, aún cuando la cifra de desempleo en Estados Unidos sigue más alta que antes de la pandemia, industrias, como la de servicio y los restaurantes, enfrentan problemas para llenar las plazas vacantes.
«Está muy difícil encontrar gente para trabajar», explica Antonia Benítez, gerente de un restaurante en Houston.
Según cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales, la industria de la restauración añadió casi 200,000 puestos de trabajo el mes pasado pero muchos no quieren regresar a los oficios que desempeñaban antes de la pandemia.
La semana pasada, sin embargo, el número de solicitudes de beneficios por desempleo aumentó inesperadamente, aunque el incremento no se consideró señal de un cambio en el mercado laboral.
En general, los estadounidenses están renunciando a sus trabajos en números récord. Casi dos millones de personas abandonaron sus empleos en el mes de junio, el número más alto desde inicios de la crisis económica por el COVID-19.
«Aquellos que están en el mercado de trabajo puede que tengan una variedad de razones para dejar sus puestos. Y una de ellas podría ser la expectativa de poder encontrar fácilmente un empleo en otro lugar, con mejor salario. Podría ser que la gente también esté evaluando, simplemente, tomar la decisión de no trabajar por un tiempo, ya sea porque creen que tienen ingresos suficientes o beneficios por desempleo», explicó Mark Hamrik, del sitio web financiero Bankrate.
El presidente Joe Biden ha celebrado recientemente lo que considera son señales de que la economía se está recuperando debido a las inyecciones de recursos que se han hecho. Los republicanos sin embargo consideran que las inyecciones han sido excesivas y creen que podrían conducir a una recesión en el 2022.
Además, hace tiempo que vienen criticando los subsidios ampliados por desempleo, diciendo que los pagos son mayores a los que muchos ganarían si estuvieran trabajando, por lo que para algunos es mejor estar desempleados. Biden ha rechazado dichos argumentos.
Hamrick estima que algunos de aquellos que prefieren no regresar a la industria del servicio podrían estarlo haciendo por el riesgo a contagiarse, especialmente en momentos de un repunte ocasionado por la más contagiosa y peligrosa variante delta.
«En este momento, los trabajadores tienen más poder que los patronos en el sentido de que hay una gran cantidad de vacantes», agregó Hamrick.