Doce norteamericanos secuestrados durante meses por bandas en Haití escaparon la semana pasada, caminando kilómetros en la oscuridad y llevando consigo a sus niños, informó el lunes la organización religiosa a la que pertenecen.
Christian Aid Ministries (CAM), que ha entregado poca información sobre los 16 estadounidenses y el canadiense secuestrados a mediados de octubre, describió lunes el calvario y la fuga de los 12 últimos rehenes ocurrida a finales de diciembre.
El grupo incluía un bebé de 10 meses, un niño de tres y dos adolescentes, junto con ocho adultos.
«Caminaron por quizá 10 millas (16 kilómetros) (…) a través de bosques y matorrales, en medio de espinas y zarzas» en la oscuridad, dijo Weston Showalter, vocero del grupo de misioneros basado en Ohio, en conferencia de prensa virtual.
El grupo logró escapar de sus guardias el 15 de diciembre, después de planear varios intentos de fuga fallidos.
Showalter dijo que escondieron agua en la ropa, envolvieron al bebé en cobijas y cargaron a los dos niños mientras atravesaban un terreno difícil, manteniéndolos en silencio pese a los arañazos de arbustos.
Los otros cinco rehenes habían sido liberados entre noviembre e inicios de diciembre.
La organización dijo haber reunido fondos para los rescates a fin de continuar las negociaciones, pero no agregó más detalles. No se sabe si se pagaron rescates.
El grupo fue secuestrado cuando volvía de un orfanato en el este de la capital, Puerto Príncipe, por una pandilla conocida como «400 Mawozo», que pidió en un inicio un millón de dólares por rehén, dijeron fuentes a la AFP.
Showalter dijo que los pandilleros no agredieron físicamente a los rehenes, aunque los amenazaron, y agregó que les proveyeron productos de higiene y ventiladores para el calor caribeño, pero que el agua contaminada les hizo daño, y sufrieron hambre e insomnio en el encierro.
Haití vive una profunda crisis social, política y económica, un terreno fértil para la proliferación de pandillas.