Recientemente ha saltado a la palestra de nuestro país la palabra «bitcóin», y prácticamente la desinformación ha hecho el resto del trabajo. No obstante, en realidad, la reacción debió ser absolutamente de signo contrario; es decir, una reacción positiva, ya que El Salvador tácitamente estaría integrándose a las altas finanzas mundiales.
Ahora bien, distingamos Bitcóin de bitcóin. Cuando se emplea la «B» (mayúscula), nos referimos al protocolo de código abierto; o sea, a la tecnología SHA256. Mientras que al usar la letra «b» (minúscula) hacemos alusión a la criptomoneda en sí. Parece insignificante, ¿no es cierto? La verdad es que bitcóin es pura criptografía, matemática que revolucionó las finanzas, ya que evita «el doble gasto» en las transacciones. Téngase en cuenta que bitcóin es divisible hasta en ocho decimales (0.00000001), siendo la unidad mínima un satoshi. Así se fraccionan las divisas tradicionales, como el dólar en centavos y el euro en céntimos. Lo anterior quiere decir que no es necesario tener 1 bitcóin completo para beneficiarse de las fluctuaciones del precio que se rigen por la oferta y la demanda.
El protocolo Bitcóin se pensó como una medida deflacionaria. Resulta difícil de creer porque los billetes bancarios pierden valor constantemente por la inflación. No es el caso para el bitcóin, ya que solo existirán 21 millones de unidades, y por ende, se constituye como un activo escaso. Otra de las ventajas es que no hay gastos para mantenerlo, como sería el caso de un Fondo de Inversión sobre oro físico (ETF), bitcóin se mantiene resguardado en un «ledger» o una «cold wallet». Téngase en cuenta que no existe la «reserva fraccionaria» para el caso de bitcóin, no se puede trabajar con monedas que no existen como sucede en la economía tradicional.
Otra cuestión que se ataca del bitcóin es que serviría para el lavado de dinero. Esta postura es muy ingenua, ya que contiene un sesgo porque implícitamente se quiere decir que con las monedas FIAT no sucede semejante cuestión. Lo cierto es que una de las cualidades del bitcóin es el pseudoanonimato, porque al buscar adecuadamente es posible determinar quién es el dueño de las transacciones efectuadas en la «blockchain», esto quiere decir que el bitcóin tampoco se puede piratear. El lavado de dinero, de hecho, es un problema nacido en las divisas fiduciarias y que se encuentra vinculado a fallos o concesiones humanas de la banca tradicional.
Si tomamos como referencia una transferencia cablegráfica podríamos darnos cuenta de lo tardado que resulta, y ni hablar de la cuantiosa comisión del intermediario, transferir dinero al extranjero. El dinero llegará en algunos días, y no será íntegro, porque, como dije antes, debemos descontar la elevada comisión del intermediario. ¿Cómo soluciona semejante problema bitcóin? La «blockchain» de bitcóin realiza cualquier transacción en 10 minutos. Si bien es cierto, y dependiendo del «exchange» que se use, la red puede saturarse, pero el envío no tardará días, como estamos acostumbrados con un intermediario local. Por otra parte, si utilizamos la «sidechain» de bitcóin, creada por Blockstream, podemos obtener su «liquid bitcoin» y realizar una transacción en 2 minutos o menos. Un L-BTC no es más que el congelamiento de un bitcóin por un costo mucho menor al momento de realizar una transacción.
¿Pero cuál es el valor intrínseco de bitcóin? La verdad es que bitcóin sí tiene valor intrínseco, y podemos determinarlo según la ley de Bob Metcalfe, quien afirmó que el valor de una red de comunicaciones aumenta de forma proporcional al cuadrado de su número de usuarios. A pesar de todo, bitcóin no es obligatorio para nadie, y aun así, su red no ha hecho más que crecer a lo largo de esta última década. Lo mejor de todo es que dentro de poco tiempo será una moneda de curso legal que cualquier salvadoreño podrá optar por utilizar o no. Se ha hecho alusión a todas sus bondades derribando sus mitos, pero nadie estará obligado a utilizarla si no lo desea, aunque bitcóin es el futuro.