La muerte de dos activistas del FMLN, el pasado 31 de enero, en el centro de San Salvador no es un crimen político. Que ese partido y sus compinches de ARENA y algunos del PCN y PDC digan eso es faltar a la verdad. El caso es, en cierta forma, confuso y altamente politizado porque estamos en la recta final de la campaña electoral.
Toda muerte es lamentable. Pero el FMLN ha sacado a la luz pública su cobardía y miseria al manipular este crimen y tratar de culpar al gobierno por este hecho, que a todas luces fue un acto de intolerancia. Las imágenes de dirigentes del FMLN frente a los ataúdes son grotescas ante los ojos de cualquier ciudadano y, sobre todo, de las familias de los fallecidos.
En el evangelio de San Mateo, capítulo 23, versículos del 27 al 32, hay unas palabras eternas de Jesús que se adaptan perfectamente. «¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a sepulcros encalados: por fuera son hermosos, por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda clase de impurezas! Así también vosotros, por fuera parecéis honrados a la gente, por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad».
Y es que eso es el FMLN: hipócritas con olor a sangre y muerte. Estos fariseos de los nuevos tiempos fracasaron cuando el pueblo les dio la oportunidad de gobernar. El primer presidente que llevaron al poder resultó toda una joya. Huyó del país para no enfrentar la justicia por múltiples delitos, entre ellos una galopante corrupción. El segundo gobierno efemelenista hizo retroceder al país varias décadas en materia económica y también fue un desastre en términos generales.
Los salvadoreños sabemos eso y ya no nos dejamos manipular. Es lamentable que dentro del marco de la campaña electoral se muestren videos editados parcializados que no abonan en nada a la búsqueda de la verdad de este hecho de intolerancia. Pero la desesperación por el rechazo del pueblo y a que las diferentes encuestas los dejan casi al borde de desaparecer los lleva a cometer este tipo de farsas burdas.
Hago un llamado al pueblo para que nos enfoquemos en resolver los verdaderos problemas del país y votemos por un futuro mejor, rechazando a estos politiqueros que únicamente buscan sus intereses personales y generar incertidumbre, porque eso les beneficia. Ya les queda poco tiempo a estos fariseos porque los ciudadanos los sacarán de la Asamblea Legislativa y de las alcaldías que aún controlan.
El 1.º de mayo próximo comenzará un nuevo ciclo para El Salvador, con una nueva Asamblea Legislativa al servicio del pueblo, generando gobernabilidad con el Órgano Ejecutivo, y concejos municipales que trabajarán verdaderamente para la gente.