Más de 400,000 personas han muerto por la COVID-19 en Estados Unidos, informó el pasado martes la Universidad Johns Hopkins.
El umbral de 300,000 muertes fue superado hace apenas un mes, a mediados de diciembre. Estados Unidos es, según informes oficiales, por mucho, la nación más afectada del mundo en términos absolutos, pero algunos otros países registran más muertes en proporción a su población, como Italia, Reino Unido o Bélgica.
Después de que se anunció el primer deceso por COVID19 en Estados Unidos, en febrero de 2020, tomó alrededor de tres meses pasar la marca de 100,000 muertos, durante una primera ola que golpeó a Nueva York de manera particularmente dura.
Se necesitaron otros cuatro meses para alcanzar la cifra de 200,000 muertes y poco menos de tres meses para llegar a los 300,000.
Pero, a medida que aumentaron los casos en todo el país con la llegada del invierno boreal y la temporada navideña, las muertes siguieron también su avance sin control.
Aproximadamente uno de cada dos estadounidenses cree que el virus no está en absoluto bajo control, según una encuesta del diario «The Washington Post» y la cadena NBC publicada el martes pasado. Unas 120,000 personas están hospitalizadas actualmente por la COVID-19, según el proyecto de seguimiento de esta enfermedad, que analiza datos de todo el país a diario.
Estados Unidos acumula más de 24.1 millones de casos. Aunque al comienzo de la pandemia hubo pruebas inestables, se cree que el número real de víctimas es mucho mayor.
La nación norteamericana comenzó a vacunar a sus residentes a mediados de diciembre, pero pasarán meses antes de que se pueda contener el brote actual.
Un poco más del 3 % de la población, alrededor de 10.5 millones de personas, ha recibido hasta ahora una de las dos vacunas autorizadas en el país: la desarrollada por Pfizer/BioNTech y Moderna, de las cuales 1.6 millones de personas han recibido las dos dosis requeridas.
El presidente Joe Biden, ansioso por controlar el avance de la pandemia, ya prometió 100 millones de dosis en inoculaciones a efectuar durante sus primeros 100 días en el cargo.
La variante británica del coronavirus sigue extendiéndose por el mundo y ya llegó al menos a 60 países y territorios. «Estamos entrando en la que quizá sea la fase más dura y mortífera del virus», advirtió Biden en su discurso a los pies del Capitolio, ante una explanada excepcionalmente vacía de público y con toda la audiencia presente portando mascarillas. Ayer, China anunció los primeros casos de la cepa británica. La variante sudafricana, entretanto, se está extendiendo más lentamente y está presente en 23 países y territorios.