Entre los emprendedores y productores del agromercado de la Plaza de Toros de San Miguel se encuentra María de Jesús Cruz Quinteros, originaria del cantón Las Delicias. Desde hace tres años se dedica a la producción y comercialización de vinos de frutas artesanales.
María manifiesta que junto con su cuñada y 30 mujeres recibieron una capacitación sobre la producción de vinos artesanales, impartida por el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria (Centa).
En esa etapa de formación surgió el nombre de sus vinos. «Se llama Quinmar y surge de las primeras letras de los apellidos de las personas que integran el grupo que somos mi cuñada y yo», cuenta la emprendedora.
Del total de mujeres que recibieron la capacitación, residentes en esa comunidad, solo dos emprendieron su negocio. «Empezamos con un garrafón de jamaica, luego piña, uva, manzana, nance, marañón y mango», recuerda María de Jesús.

Las primeras ventas surgieron en eventos de emprendedores que organizó Ciudad Mujer San Miguel, pero las comercializaciones del producto se extendieron hacia los amigos y ahora en el agromercado de San Miguel.
«En la economía familiar se ve la ganancia, hemos mandado vinos a otros países, lo único que estamos esperando es la legalización, de la que ya se inició el proceso», dijo.
«Los vinos son muy buenos, por ejemplo, el de jamaica tiene propiedades que ayudan a no envejecer, tiene vitamina C, no tiene alcohol, se fermenta solo; si tiene un mes [de fermentación] es suave, de tres meses es más fuertecito», explicó sobre las características del vino.
Obtener el conocimiento sobre la preparación y comercialización de vinos ha sido como un regalo para ella y su familia. «Me gusta este trabajo, me encanta esto de vender y aprender, yo quiero aprender más y más», apuntó.