Todo comenzó con un proyecto en 2021. En tres cantones de Panchimalco, una organización y la comunidad dio paso a un concurso internacional para ganar fondos.
Pareciera que aquello fue la génesis de una apuesta por el turismo rural, aunque el liderazgo de las mujeres y su predominio en la cultura viva de Panchimalco ha estado siempre allí.
Los cantones San Isidro, Troncones y Azacualpa aplicaron al Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe para el apoyo a mujeres en su autonomía económica en el marco de la COVID-19. Iván Villatoro, quien desde el bachillerato conoció sobre la riqueza cultural de Panchimalco ha sido desde entonces un gestor del desarrollo y fue quien reunió toda la información y la presentó.
Los tres cantones ganaron organizados bajo el nombre Consejo de Comunidades Originarias del municipio de Panchimalco (Cocopan). Recibieron $8,000 que se administraron en cuatro pilares: panadería comunitaria, telar de cintura, alfarería y pequeñas granjas de crianza de pollos y gallinas ponedoras.
Cerca de 100 mujeres se vieron beneficiadas con uno o varios de los cuatro pilares. En cada uno, recibieron asesoría y tutoría. De aquello ya pasó un año y para darle sostenibilidad a cada iniciativa nació un nuevo proyecto: Tours de Turismo Rural.
«La idea era gestionar adecuadamente toda la riqueza cultural que tiene el municipio y saberla proyectar, y que esto les permita a ellos generarse ingresos para darle sostenibilidad a algunos proyectos. Estamos tratando de generar fondos propios para darle continuidad», explica Iván.
Hay varios tours y en cada uno abundan la cultura y las experiencias que desde los cantones de Panchimalco representan a los salvadoreños, por su agricultura, la cosmovisión -que combina lo indígena con lo religioso- la naturaleza y sus costumbres y las artes como la alfarería y el telar de cintura.
En esta primera entrega compartiremos lo más relevante de un tour que combina vivencias, naturaleza y tradición. La experiencia se enriquece con las mujeres líderes en cada punto que se visita o cada actividad que se comparte.
Pancho enamora
Para vivir un tour en este municipio de San Salvador, una de las paradas más significativas es la visita a Florentina Martínez, la última alfarera de Panchimalco (lea su historia mañana en la Segunda Entrega).
La experiencia también se enriquece con las panorámicas al recorrer por el cantón San Isidro hacia el caserío Los Tanques.
Allí, aguardaban cuatro mujeres que desde cero han aprendido a hacer pan artesanal y comparten todo el proceso desde encender el horno de piedra con tusa seca y leña.
Doña Herminia Martínez es una de las panaderas. Es arrecha y a sus 74 años continúa muy activa y con un gran don de mando. Ella atiza el fuego. Sin temor, acerca la cabeza al horno para soplar entre la leña.
La acompañan Sara Méndez, Lucía Ramírez y Catalina Quintanilla. Todas se preparan antes para recibir a los turistas. Reciben grupos de hasta catorce personas. Parte de este tour también son Rosa Santos y Emerson Escobar Vázquez.
Todas las panaderas funcionan como las agujas del reloj, en perfecta armonía. Mientras una atiza el fuego; otra, trae más leña; una más de ellas consigue más tusas y todas han preparado la masa del pan, que ya está lista para ponerse en las latas.
La vivencia del pan artesanal se combina con la preparación del almuerzo, con tortillas en comal. En esta visita el menú incluye sopa de arroz aguado con pollo y verduras a la leña.
Mientras las mujeres siguen en su faena del pan y el almuerzo, los turistas pueden visitar los miradores naturales que provee Pancho, como cariñosamente se le llama a este municipio. Uno de los más accesibles es el mirador Peña Palaco, en el cantón Azacualpa.
Don Santos, un hombre ágil de 79 años y que conoce la zona como la palma de su mano, acompaña -junto a Iván y alguna de las líderes- a los grupos de turistas.
Desde el mirador, la vista es imponente, se logra ver hasta Cangrejera. Son parajes rurales que ofrecen la vida de campiña del salvadoreño a poca distancia de lo urbano y de la capital.
Después del almuerzo, el horno está listo en su temperatura (después de quemar la leña), las latas con la masa se meten y de 10 a 15 minutos las tortas de yema y tusa ya están.
La aventura se complementa cuando Catalina comparte cómo se teje en telar de cintura, un arte ancestral que ellas están recuperando en los cantones.
La tarde cierra con la visita al altar de la Santa Cruz, la cofradía más importante del pueblo. Esta vez en la casa de Alberto Policarpio Ramírez.
Desde aquí también se aprecia una vista en el atardecer impresionante, enfrente se ve una enorme peña con flores blancas. Los lugareños la llaman el Muñecote.
OPCIONES PARA DISFRUTAR
Son varios los tours que tienen un valor de $25 por persona, dos turistas por $45 y tres por $65. A excepción del de teñido de textiles que implica un precio mayor.
Todo lo recaudado se reinvierte para la sostenibilidad de los proyectos de estas mujeres pioneras del turismo rural en sus cantones.
La aventura es de un día. El pago cubre desayuno y almuerzo, así como el transporte ida y vuelta de San Salvador a Panchimalco y dentro del municipio hacia los cantones. Para reservar su tour puede escribir al 6450-8455 o escribir al Facebook de Cocopan.
Puede escoger los siguientes recorridos:
– Tour cofradías
– Tintas y textiles
– Anonas (temporada)
– Cosecha de elote y atoladas