Tras hacer un estudio en 345 compañías de seis países de Latinoamérica, la consultora McKinsey & Company encontró que las empresas con una o más mujeres en el comité ejecutivo tenían un 44 % más de rendimiento sobre el capital que aquellas que no incluían mujeres en su alta gerencia.
Sin embargo, la participación de las mujeres en los comités ejecutivos de las empresas en la región apenas llega al 19 %, según el mismo estudio.
Estas cifras ponen de relieve, además, las pocas mujeres que optan en el área académica por una carrera STEM, (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), no por su falta de capacidad, sino por la normalización de una cultura que no las orienta en este camino y que infiere en su representación en las laborales relacionadas.
Según un informe del Banco Mundial (BM), en 28 economías, solo un 18 % de las mujeres trabajan en el sector agua, en concordancia la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) señaló en un estudio de 14 países que solo un 13% de ellas participa en la fuerza laboral del sector eléctrico.
Aunado a esto, existen leyes que prohíben la participación femenina en determinados sectores, generando que 2,700 millones de mujeres en 104 economías del mundo afronten restricciones legales para optar por los mismos trabajos que los hombres.
El reclutamiento laboral en el sector de STEM sigue teniendo visos muy masculinos, por ejemplo, en las entrevistas de trabajo aún se hacen preguntas como «¿Piensas tener hijos?» o «¿Quién se hará cargo de su cuidado?».
Además, la mayoría de los países no promueven la licencia de maternidad y paternidad en iguales condiciones, por lo que el cuidado de los bebés en los primeros meses no es equitativo y la ausencia en el trabajo tampoco.
Aun así, si superan la fase de contratación, no tardan en asomarse otras barreras: brechas salariales, más reconocimiento para los hombres, riesgo de acoso sexual o sesgos de compañeros de trabajo, entre otros.
MEJORES OPORTUNIDADES
Todos estos obstáculos, pese a que la productividad de algunas economías podría aumentar hasta en un 25 % si se eliminan las barreras que impiden que las mujeres se desempeñen en ciertos sectores u ocupaciones, según el informe Mujer, Empresa y Derecho, del Banco Mundial.
Además, las brechas salariales entre hombres y mujeres le hacen perder al mundo $160 billones anuales.
Otro de los grandes beneficios de la incorporación de mujeres STEM es la generación de infraestructura más inclusiva, pues el diseño de proyectos y las operaciones serían más sensibles a las problemáticas de ellas.
También, sería un estímulo para seguir rompiendo un círculo vicioso en el que mientras menos mujeres se desempeñen en estos roles, menos chicas deciden apostar por estas carreras, según los expertos.
Para las compañías no hay pérdida, otro informe del organismo multilateral indica que las empresas con más mujeres en puestos de liderazgo a menudo muestran mejor desempeño financiero, sobre todo en períodos de volatilidad económica.
EL SALVADOR, GEOTERMIA FEMENINA
Algunas experiencias exitosas en Latinoamérica demuestran que sí es posible abordar la subrepresentación de las mujeres STEM en el sector de infraestructura.
Hay ejemplos interesantes en El Salvador, donde la energía geotérmica tiene género femenino; en el proyecto de construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales más grande de Colombia se está creando un comité de género, y en Panamá, donde hay una iniciativa de mentoría para mujeres líderes emergentes.
CUATRO COSAS QUE HAY QUE SABER SOBRE EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL 8 DE MARZO?
La primera iniciativa en favor del día consagrado a las mujeres se remonta a 1909 de la mano del Partido Socialista Estadounidense. En la Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas, de 1910 en Copenhague, Clara Zetkin sometió a voto un Día Internacional, sin fijar una fecha. El movimiento de sufragistas para reivindicar el derecho de voto de las mujeres nació en 1903 en Reino Unido, pero debieron esperar a 1918 para votar.
¿CUÁNDO FUE LA PRIMERA EDICIÓN?
La primera edición del Día Internacional de la Mujer se celebró el 19 de marzo de 1911. Ese día, más de un millón de personas se manifestaron por los derechos de las mujeres en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. En los primeros años, estas jornadas estuvieron muy relacionadas con los movimientos obreros y socialistas.
El 8 de marzo de 1914, las mujeres socialistas se congregaron en Berlín para reclamar el derecho de voto para la mujer. Esta fecha sería la primera manifestación del 8 de marzo.
¿QUIÉN LO CONVERTIÓ EN DÍA INTERNACIONAL?
A partir de los años 70, los movimientos feministas occidentales adoptaron esta fecha simbólica para convertirlo en una fecha de reivindicaciones por la igualdad de los derechos políticos y sociales, la legalización del aborto y la igualdad en el trabajo.
En 1977, Naciones Unidas, con otras organizaciones internacionales, convirtieron esta fecha en el “Día Internacional de la Mujer”.
¿HUBO UNA EDICIÓN ESPECIAL POR LOS 100 AÑOS?
El 8 de marzo de 2010 fue el centenario del Día Internacional de la Mujer. Con ese motivo hubo numerosas manifestaciones en los cinco continentes. El lema oficial elegido por la ONU puso el acento en la igualdad en el trabajo y en la sociedad: “Derechos iguales, oportunidades iguales: progreso para todos”.