Matthew War Bonnet tenía solo seis años cuando fue enviado a un internado para niños nativos americanos financiado por el gobierno de Estados Unidos en Dakota del Sur.
Golpeado, hambreado, despojado de su lengua y cultura lakota, los siguientes ocho años fueron «muy dolorosos y traumáticos», dijo War Bonnet en una audiencia ante la Cámara de Representantes el jueves sobre un proyecto de ley para crear una «Comisión de la Verdad y la Curación» sobre lo ocurrido en los internados.
De 76 años, War Bonnet fue uno de los nativos sobrevivientes de esos internados financiados con fondos federales que testificó sobre sus desgarradoras experiencias en esas instituciones.
La audiencia tuvo lugar un día después que el Departamento del Interior emitiera un informe sobre el tratamiento a los niños en el sistema federal de internados indígenas entre 1819 y 1969.
War Bonnet y sus otros nueve hermanos asistieron al internado Saint Francis en Dakota del Sur.
«Es difícil hablar de esto sin sentirme mal», dijo al subcomité de la Cámara.
«El castigo corporal era común. Los sacerdotes a menudo se impacientaban y nos disciplinaban golpeándonos con una correa de cuero o una vara de sauce», contó. «Otra forma de disciplinarnos era dejarnos fuera de la escuela cuando hacía frío».
«Una vez me metí en problemas y mi castigo fue separarme de los otros niños durante diez días. Solo me dieron pan y agua».
War Bonnet dijo que los niños eran obligados a hablar inglés. «Se me volvió difícil hablar con mis padres en nuestro idioma lakota».
«El gobierno y las iglesias deben rendir cuentas por lo que sucedió en estas escuelas», afirmó.