Se cumplen tres años del mandato constitucional del presidente Nayib Bukele. Han finalizado 1,095 días de su administración y el 60 % de su Gobierno. El principal logro de su gestión presidencial, en mi opinión, son los avances y resultados en seguridad, ya que son 36 meses continuos de trabajo. El 20 de junio de 2019 se hacía el lanzamiento oficial y público a la población de la estrategia Plan Control Territorial (PCT). Bautizar el plan con ese nombre parecía un esfuerzo más de «marketing» político de un estratega o asesor que recomendaba otro nombre más rimbombante, pero el nombre en una política, plan o estrategia es vital y significa lo que representa. Y sin duda, la población, en la campaña presidencial previa al 3 de febrero de 2021, le pedía y le exigía al candidato Nayib Bukele que recuperara el territorio, librarnos del azote de las pandillas y la delincuencia.
En sus primeros meses de Gobierno, el presidente Bukele demostró que es una persona que sabe mandar, que ordena, que hace que sus órdenes sucedan, lidera, está al frente de la seguridad. No hay ninguna duda de que el presidente Bukele manda en el país y lidera el Gabinete de Seguridad, para cumplir el mandado constitucional en el ordinal 17.º, del artículo 167. Es él quien organiza y dirige; en síntesis, es un ejecutor nato.
Durante 36 meses me he dedicado a investigar, estudiar, analizar, informar, publicar y difundir los avances en materia de seguridad de El Salvador, a honrar el trabajo de policías, del personal de la Fuerza Armada de El Salvador, de la Fiscalía General de la República, de centros penales y del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, ya que mujeres y hombres de esas instituciones han estado y continúan sirviendo y protegiendo a la población. Son el gran talento humano de las instituciones representadas en el Gabinete de Seguridad ampliado las que han logrado importantes avances, nuevos e inéditos registros en seguridad. Pero no son golpes al azar, hay una estrategia, existe un plan guiado por la inteligencia, con fundamento y técnica criminológica.
La estrategia del Plan Control Territorial ha logrado, en 34 meses, golpear a las estructuras criminales que operan en el país. Se han desmantelado verdaderas estructuras criminales, se ha impactado en sus finanzas, se ha extinguido dominio sobre bienes y activos producto de operaciones criminales con las que han lavado el dinero. Hay un duro golpe al narcotráfico internacional que obliga a los narcos a evitar las aguas del océano Pacífico, porque allí los espera la Fuerza de Tarea Naval Tridente, de la Fuerza Armada de El Salvador; capturas de homicidas que no solo asesinaban a ciudadanos, sino que también desaparecían los cuerpos, que han disminuido las estadísticas diarias de homicidios y de denuncias diarias de personas desaparecidas; disminución de los delitos contra la vida y el patrimonio de los ciudadanos y las empresas. Todo lo anterior está respaldado por datos y evidencia, de los que se obtiene una serie de indicadores criminológicos y victimológicos.
Los resultados del presidente Nayib Bukele son parte de una serie de medidas e instrucciones desde que inició su mandato, entre ellas, honrar el trabajo de policías y militares. En primer lugar, pagándoles a tiempo sus salarios y bonificaciones; luego ordenó incrementar sus ingresos económicos, los ha dignificado y ha permitido que policías y militares recuperen el orgullo de pertenecer a la PNC y la FAES. El presidente Bukele desarrolló una adecuada y estratégica lectura: con personal desmotivado e insatisfecho no se podría desarrollar una estrategia con éxito.
Con la implementación del régimen de excepción, las reformas del Código Penal y del Código Procesal Penal, los amplios operativos a escala nacional para capturar a cabecillas, corredores de programas, palabreros, homeboys, colaboradores y oportunistas han permitido que la PNC y la FAES desarrollen incursiones en la fase IV del PCT en el que intervienen, identifican, extraen para un combate efectivo y eficaz no registrado desde el desarrollo de las pandillas criminales.
El presidente Nayib Bukele llega a su tercer año de Gobierno con un logro significativo: ser el primer presidente en El Salvador y en el mundo que ha logrado neutralizar a las pandillas criminales y ha impactado el poder que tenían de atentar y dañar a la población salvadoreña. Hasta el 31 de mayo de 2022, las pandillas solo han tenido tres opciones: esconderse, camuflarse o huir.
El Salvador podrá exportar conocimiento con evidencia y formular posibles teorías criminológicas para neutralizar la capacidad delictiva de las pandillas. No existe ningún país con buenas prácticas, ni un manual. El conocimiento nace en El Salvador por un presidente y un Gabinete de Seguridad ampliado con la voluntad política de cumplir el artículo 1 de la Constitución: «El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado…».
En los primeros dos años del Gobierno del presidente Bukele se trabajó para disminuir estadísticas e indicadores de criminalidad, impactar a las estructuras, planificar, ordenar las instituciones, impulsar las cuatro fases del PCT. Ya existe abundante evidencia de esos logros y avances significativos. Ahora, su tercer año lo posiciona en un lugar privilegiado que nueve de cada 10 salvadoreños reconocen y agradecen, que les ha devuelto la esperanza de que pueden ser libres de las pandillas criminales. En los 24 meses pendientes de su mandato, con mucho respeto, señor presidente, consolide, sostenga el esfuerzo y el trabajo articulado del Gabinete de Seguridad ampliado, profundice las fases pendientes del PCT, desarrolle una inversión social extraordinaria inédita a escala nacional planteada en la fase II del PCT.
El tercer año del presidente Nayib Bukele nos deja una enseñanza y una plataforma para sus dos años pendientes: debe haber control para poder administrar, es un principio de la gestión de calidad. El Salvador será cabeza y no cola. Que Dios bendiga y proteja nuestra república y al personal operativo y administrativo de las instituciones del Gabinete de Seguridad ampliado.