Después de casi 15 años de haber vuelto a su natal Río de Janeiro, Brasi,l -se marchó de El Salvador en 2007- Nildeson Silva de Melo (Nenei), aboga a la esperanza, si Dios le presta vida, de retornar al país y porqué no, poner su granito y ayudar al fútbol salvadoreño, de ese que se entera por cuenta de su hijo Nilde Junior, que sigue con las mismas precariedades del pasado. Nenei se nacionalizó salvadoreño y vistió la Azul en la ruta al Mundial de Francia 1998, es de su pasaje con la Selecta y la realidad del fútbol salvadoreño lo que el ariete brasileño desnuda en parte de esta plática.
¿Sigues de cerca el fútbol salvadoreño y la Selecta que está en un nuevo proceso eliminatorio?
Muy poquito, solo tengo la noción y las noticia cuando hablo con mi hijo. Él me habla de la situación de la selección y de lo que está aconteciendo en el fútbol salvadoreño.
¿Te has alejado del fútbol?
No se trata de eso, lo que pasa es que estoy trabajando bastante acá en Brasil y no tengo mucho tiempo para estar en redes sociales o buscando noticiarios de fútbol. Yo busco cuando tengo tiempo o recibo noticias de los amigos de El Salvador.
Pero imagino que de vez en cuando llegan esos recuerdos de tu paso por El Salvador de tus días en selección.
Sí, siempre, siempre me vienen los recuerdos de la selección de El Salvador, pero entiendo que es complicado la situación del fútbol en El Salvador. Del fútbol en general hablando de selecciones, porque cuando un jugador se va para la selección debe tener un tratamiento adecuado antes de llegar a una selección y en los clubes de El Salvador no hay un compromiso profesional de directores con jugadores. Entonces, cuando un jugador llega a la selección no tiene la preparación adecuada para enfrentar una eliminatoria para un Mundial y así es complicado. El fútbol salvadoreño necesita de personas comprometidas, de directivos comprometidos que lleven en serio el fútbol salvadoreño y se profesionalice.
De tu estadía con la Selecta, ¿qué recuerdos guardas? ¿Enfrentaste alguna vez a México, por ejemplo?
No. Cuando llegué a la selección yo solo jugué la segunda etapa de las eliminatorias: jugué contra Costa Rica allá en San José y empatamos 0-0, jugué contra Canadá, ganamos 4-1 y yo tuve la oportunidad de hacer el primer gol, mi primer gol con la selección; jugué también contra Jamaica en El Salvador y empatamos 2-2 y yo tuve la oportunidad de marcar el primer gol. Y después tuve la oportunidad también de jugar contra los Estados Unidos, en Boston. Ahí perdimos 4-2 y yo tuve la oportunidad de marcar un gol y fui escogido como el mejor jugador del partido.
En estos días la Selecta jugará contra Costa Rica. ¿Cómo son los partidos ante los ticos?
Contra Costa Rica ya conocía a la mayoría de los jugadores porque ya había jugado allá y ya conocía un poco a los jugadores de la época que eran Hernán Medford, Hernán Díaz, Maldonado y otros. Contra Costa Rica siempre fueron partidos difíciles porque había una rivalidad muy grande ante los países, pero la verdad que Costa Rica es mucho más profesional en fútbol que en El Salvador.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de tu paso por la selección?
Son varios recuerdos. Principalmente mi primer gol contra Canadá, en mi primer partido jugando en el estadio Cuscatlán con la camisola de la selección. El estadio estaba lleno. Me acuerdo que fue un día de la independencia [14 de septiembre 1997] y eso significaba mucho para mí porque quería que mi hijo tuviera orgulloso de mí, que supiera que su papá se nacionalizó por él y por el país de él que me dio muchas oportunidades. Gracias a El Salvador yo pude realizar mi sueño de ser un jugador profesional. El Salvador fue el primer país me abrió las puertas para realizar mi sueño de ser jugador profesional. Después me fui para Costa Rica, México, y luego regresé a El Salvador porque yo tenía ese sueño de vestir la camisola de la selección y lo cumplí. Yo hice mi trabajo con la selección, no defraudé. Creo que mi mejor época como jugador profesional fue vestir la camisola de la selección.
¿Qué te cuenta tu hijo de la selección actual de El Salvador?
Me cuenta que la situación es complicada. Los dos partidos primeros jugaron en casa y empataron, entonces si usted en una eliminatoria tiene la ventaja de jugar dos juegos seguidos en casa y los empata es complicado y eso que teniendo ahora un técnico como Hugo Pérez, que es una persona de experiencia que ya jugó en los Estados Unidos. Como está el fútbol actualmente es muy complicado para El Salvador clasificar para un Mundial. Es necesario invertir bastante en adaptación y en dar lo mejor al jugador. El campeonato salvadoreño necesita de jugadores profesionales que realmente puedan vestir la camisola de la selección. No menospreciando a los salvadoreños, pero muchos jugadores salvadoreños son de baja estatura. El Salvador precisa invertir en preparar jugadores jóvenes para que puedan ser más grandes en estatura, darles mejor alimentación, mejores condiciones de vida a estos jugadores para que cuando llegue a un nivel de selección nacional puedan competir de igual a igual contra México y Estados Unidos.
Vos tuviste chance de jugar en la liga local y otras ligas, ¿está tan lejos la liga salvadoreña de otras?
Sí, bastante. Yo me recuerdo que cuando yo llegué en 1989, que tenía 21 años. Era lógico, El Salvador venía de 12 años de guerra civil, nosotros viajamos a otros lugares para jugar y no había vestidores en los estadios. Nosotros teníamos que cambiarnos de ropa debajo de los árboles, en los estadios no había seguridad para los jugadores y al término de los partidos la afición entraba a la cancha para abrazar u ofender a los jugadores. Hoy, a tanto tiempo después, El Salvador tiene todavía estadios que no son ideales para una cantidad adecuada de público, las medidas de las canchas de El Salvador todavía son menores a las medidas de la FIFA.
Acá se habla mucho de que el fútbol de El Salvador es lento, vos jugaste acá, ¿lo percibes lento?
No se trata de ser lento, se trata de que muchos equipos en El Salvador no entrenan en su propio estadio. Yo recuerdo que cuando me fui para El Salvador, para Firpo, pero nosotros entrenábamos en la capital y solo íbamos a Usulután para jugar y era muy caliente. Entonces, no es que es lento, es que El Salvador técnicamente está muy atrasado delante de las otras selecciones, los otros equipos de los otros países. Para que tengas una idea: Jamaica ya fue a un Mundial mucho después de El Salvador, Honduras regresó nuevamente a un Mundial, México, Estados Unidos, Costa Rica ya fueron a mundiales y El Salvador el último Mundial al que fue, fue en 1982 es mucho tiempo. Son muchos años sin un gane de El Salvador, ningún torneo de Concacaf que puede ganar ha ganado, Copa de Naciones o cosa parecida.
Desde tu punto de vista, ¿cuál es el giro que se debe dar para asistir a un tercer Mundial?
Invertir, invertir, invertir e invertir. Creo que El Salvador lo que necesita son empresas multinacionales, empresas que quieran realmente invertir en el fútbol salvadoreño y en el jugador salvadoreño. Que el jugador salvadoreño pueda ganar realmente un salario digno, que los directivos sean realmente directivos de fútbol, no dueños de pupuserías ni dueños de restaurantes o dueños de hoteles. Los dueños de equipos tienen que ser verdaderos empresarios que quieran invertir en el fútbol salvadoreño y en el jugador salvadoreño. Usted ve, por ejemplo, mucho jugador de Costa Rica jugando en Inglaterra, jugadores de Jamaica jugando en Inglaterra, jugadores de México y otros países, y para los jugadores de El Salvador es muy complicado salir del país porque los directivos de otros equipos, de otros países no quieren invertir porque tienen miedo de confiar en el jugador salvadoreño. El Salvador necesita que los jugadores salgan para ganar experiencia y regresar al país para ayudar a la selección y al fútbol salvadoreño a crecer. A mi criterio, El Salvador precisa de inversión en estadios, equipos para que realmente los equipos saquen jugadores de calidad.
¿A qué te dedicas hoy en tu país?
Trabajo en una tienda deportiva acá en Brasil. Trabajo mucho con fútbol, con personas del fútbol. De eso vivo ahorita. Estoy casado, tengo a mi esposa. Vivo acá en Río de Janeiro y estoy bien, gracias a Dios. Me siento hoy una persona realizada.