Los neoyorquinos comenzaron el jueves a limpiar casas y negocios inundados y a remover escombros y autos, luego de que lluvias récord tomaron por sorpresa a gran parte de la «Gran Manzana» y provocaron graves inundaciones derivadas de la tormenta Ida.
Bajo un cielo azul reluciente tras las inclemencias de horas antes, residentes conmocionados inspeccionaban los daños de una noche caótica que dejó muchas vidas perdidas.
Muchos ciudadanos aprovechaban este jueves la mejora del clima para limpiar aceras y calles, de ramas y objetos esparcidos por la tormenta.
«Un árbol de diez toneladas simplemente se desplomó sobre mi auto. Mi auto está totalmente aplastado», declaró Jonas Sigle a la AFP mientras observaba los restos del vehículo fuera de su casa en el Upper West Side de la isla de Manhattan.
«¡Vaya, esto fue simplemente increíble!», exclama sorprendido su vecino, Michael Price.
A poca distancia, Metodija Mihajlov inspeccionaba el sótano de su restaurante, que se inundó con ocho centímetros de agua el miércoles por la noche.
«Cuando empezó a llover, mis muchachos me llamaron y decidimos cerrar el restaurante y cortar la electricidad. Todos se fueron», sostuvo el empresario. «Nunca había visto tanta lluvia. Era como vivir en la jungla, como la lluvia tropical», explicó el hombre de 50 años.
«Afortunadamente, nada resultó dañado. Tan pronto como dejó de llover, el agua se escurrió», dijo Mihajlov a la AFP.
En el distrito de Brooklyn, Rebecca Stronger estaba extrayendo el agua del sótano y el primer nivel de su clínica veterinaria.
«Todos nos hicimos presentes, todos limpiamos y todos hacemos nuestro trabajo», señaló a la AFP.
Dolor profundo
La precipitación récord de 80 milímetros de lluvia en el famoso Central Park en apenas una hora rompió un récord establecido el mes pasado durante la tormenta tropical Henri.
La inundación reavivó los recuerdos del huracán Sandy, una tormenta más poderosa que dejó sin electricidad a gran parte de Manhattan e inundó totalmente el metro en 2012.
Precisamente, los servicios de metro se detuvieron el miércoles por la noche, pero lentamente comenzaron a funcionar nuevamente el jueves temprano.
Muchos neoyorquinos publicaron videos en las redes sociales mostrando agua corriendo en cascada por las escaleras y entrando a los apartamentos.
El balande oficial de las autoridades subió el jueves de ocho a 14 la cantidad de muertos por las inclemencias del tiempo. Las víctimas tenían entre dos y 86 años y fueron halladas en predios de los distritos de Queens y El Bronx.
«Nuestros corazones duelen por las vidas perdidas en la tormenta de anoche», expresó en una publicación en la red Twitter el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, quien declaró el estado de emergencia el miércoles por la noche.