Sentir la brisa en el rostro es una experiencia placentera, puede ser muy refrescante; sin embargo, hay algunas personas que al percibir esta sensación y otras similares sufren dolores insoportables. Son los pacientes con neuralgia del trigémino (NT), una enfermedad rara que vamos a conocer con ayuda del neurólogo y especialista en trastornos de movimiento del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), Rolando Sánchez.
Para conocer bien este padecimiento es necesario saber que neuralgia es todo dolor percibido en la zona recorrida por un nervio y trigémino es el más grande de 12 pares de nervios que surgen de la base de nuestro cerebro. Su función es permitir la sensibilidad en el rostro y el movimiento de los músculos para masticar.
Entonces, la NT es un trastorno o la alteración en la manera que el trigémino percibe los estímulos del tacto o la temperatura en la cara.
«Los pacientes con neuralgia del trigémino traducen en dolor cualquier estímulo, incluso, los que no deberían causar sufrimiento. Por ejemplo, comer, sentir el agua helada o caliente, el roce de la mascarilla, una caricia o la brisa y ese es el principal síntoma conocido como alodinia», detalló el médico.
Al principio, los síntomas se confunden con migraña, dolor de dientes o muelas u otros achaques, por lo que es necesario hacerse diferentes exámenes para poder diagnosticarlo, siendo el más adecuado la resonancia magnética.
De acuerdo con Sánchez, el tratamiento es con fármacos o la aplicación de toxina botulínica en el rostro; pero, si se conoce la causa es posible tratarse diferente, por ejemplo: colocando una prótesis para separar el nervio de la arteria o para darle una forma diferente al vaso. También se puede recurrir a la radioterapia para cortar el nervio.
La causa más frecuente es que una arteria toque el nervio al fluir sangre por la zona, pero también puede originarse por el aparecimiento de un tumor o tras sufrir un trauma que cause la compresión. En otros casos inciden factores genéticos como la forma de las arterias.
En el Seguro Social, el 5 % de las consultas por cefaleas corresponden a pacientes con NT. Entendiendo que la cefalea es todo dolor del cuello hacia arriba, lo que significa la atención de aproximadamente 400 consultas al año, de los cuales 4 de cada cinco pacientes son mujeres.
Este padecimiento se clasifica en dos tipos. El primero se da cuando los pacientes perciben los estímulos como descargas eléctricas que aparecen repentinamente. El segundo tipo se caracteriza por dolores constantes que pueden aumentar por momentos.
Ambos tipos son complicados. Algunos casos no es posible curarlos y los pacientes solo pueden mantenerse estables.
La enfermedad del suicidio
Los dolores de la NT se describen como fuertes corrientazos o descargas eléctricas parecidos a lo que sentimos cuando un dentista nos toca un nervio y pueden llegar a ser tan intensos e insoportables hasta nublar el juicio de los pacientes con pensamientos suicidas.
«Los reportes de incidencia de suicidios en personas con NT es baja; pero existe en aquellos con crisis incontrolables cuyas crisis no mejoran con ningún tratamiento y tienen una probabilidad de hacerlo. Aunque es bajo, menor al 2 % de los pacientes», explicó el neurólogo.
Para evitar esos pensamientos negativos, el médico recomienda a los pacientes mantener constante el tratamiento, no dejar de tomar los fármacos, evitar las actividades que puedan desencadenar sufrimiento y, en los casos más complicados, sugiere buscar asistencia con un psicólogo de forma inmediata para recibir el apoyo necesario.

Las zonas que afecta
- Región oftálmica. Cuando la neuralgia del trigémino afecta a esta zona, los pacientes pueden presentar dolor en el ojo o en la parte superior de la nariz, del lado afectado.
- Región maxilar. Cuando el trastorno daña esta área, los pacientes sufren dolores que se confunden con el dolor de dientes o muelas. En algunos casos, llegan a quitarse todas las piezas dentales antes de conocer el verdadero diagnóstico que les aqueja.
- Zona mandibular. Los pacientes sienten terribles dolores al masticar, sobre todo, cuando son alimentos duros, fríos o calientes.
UN MAL QUE CAMBIÓ POR COMPLETO LA VIDA DE CLELIA
Clelia Reyes, de 31 años, es anestesista del Seguro Social, y fue diagnosticada con Neuralgia del Trigémino hace 10 años. Desde entonces, se vio obligada a limitarse de muchas actividades para sobrellevar la enfermedad y continuar con su proyecto de vida.

«Esto me empezó con un dolor de muelas y fui al odontólogo para que me quitara las cuatro cordales, pero el dolor persistía. Entonces, me refirió con un médico general», dijo.
Ella siguió todo el procedimiento necesario hasta que le descubrieron la enfermedad en ambos lados de la cara.
Eso fue un antes y un después. Mi vida dio un giro total porque tuve que cambiar hábitos para evitar los detonantes de esta enfermedad. Por ejemplo, a mí antes me gustaba maquillarme, más que ahora, y tuve que dejar de hacerlo porque el solo rozar la piel con un algodón provocaba dolor», lamentó Reyes
Desde entonces usa una pasta que no irrite tanto, no come alimentos helados o duros, evita los cambios de temperatura, evita el tacto en la cara y cuando hay crisis prefiere no reírse o hacer gestos.
«Le llaman la enfermedad del suicidio porque el dolor es insoportable y uno se desanima de intentar todo para disminuirlo, incluso, endeudarse para pagar los tratamientos. Entonces, el impacto es de todo tipo económico, físico y psicológico», compartió.
Actualmente, Reyes está muy motivada porque hace un mes y medio le realizaron una radio cirugía que fue exitosa porque ha disminuido sus dolencias hasta en un 80 %, en un lado de la cara. Su esperanza es que el efecto dure por mucho tiempo.