Un niño de 4 años murió luego de dispararse con un arma de fuego en la cabeza, en Florida, Estados Unidos.
El pequeño fue identificado como Michael Bragg Jr, quien fue encontrado con una herida de bala entre los ojos, en un automóvil, según los registros policiales. Tras el incidente fue trasladado a un hospital, pero fue declarado muerto minutos después.
Según relatos policiales, el niño estaba en el coche con su padre junto a una tercera persona de identidad desconocida. Ambos se quedaron dormidos y fue el disparo de la pistola que los despertó, aseguraron.
Los oficiales afirmaron que Michael Bragg Sr, padre del menor, al ser interrogado cambió de versión varias veces, pero finalmente confesó que poseía un arma con fines para protegerse.
La policía luego de iniciar investigaciones encontró una Glock.22, que es una serie de pistolas semiautomáticas y otra de 9 mm, en una maleta en las cercanías de su casa y la Glock tenía restos de sangre.
Luego procedieron a la detención del padre, por posesión de un arma de fuego como delincuente convicto, es decir que tiene probado legalmente un delito, aunque no lo hubiera confesado.
Un juez le negó la fianza porque ya se encontraba en libertad condicional en relación con un cargo de huida y elusión en el condado de Orange.
