Según el artículo 135 del Reglamento General de Tránsito y Seguridad Vial, «las ambulancias de emergencias, asistencia médica y Cruz Roja tendrán el derecho de vía libre cuando lleven o vayan a traer enfermos de suma gravedad para ser conducidos a los hospitales o las clínicas particulares».
Sin embargo, de acuerdo con el jefe del Centro de Operaciones de Emergencias de la Cruz Roja Salvadoreña (CRS), Jaime Martínez, existen dos problemas fundamentales a la hora de llevar a cabo su trabajo como socorristas: el desconocimiento de los automovilistas del reglamento de tránsito, que establece las normas que rigen estas situaciones, y el tráfico pesado que todos los días se vive en las calles capitalinas.
Para esto, Martínez afirma que como institución están llevando a cabo diferentes campañas de concienciación que buscan educar a la población salvadoreña para que conozca y ponga en práctica las normas señaladas en dicho reglamento.
«Recordemos que al transportar a una persona en ambulancia, esos minutos y segundos cuentan. Estamos hablando de salvar una vida, y a veces son momentos muy críticos», manifestó Martínez. En este sentido, el ceder el paso a las ambulancias cuando estas llevan sirena abierta es una de las reglas básicas que todo salvadoreño debe conocer y cumplir.
El artículo 136 del reglamento señala que «los vehículos podrán circular a cualquier velocidad, siempre que se trate del desempeño del cometido. Deberán anunciar su presencia con la debida anticipación por medio de sirenas especiales».
De acuerdo con las normas, tanto ambulancias como el Cuerpo de Bomberos y los vehículos de la PNC y de la Fuerza Armada entran en esta categoría. Por su parte, el artículo 137 del Reglamento de Tránsito establece que «es obligación de todo conductor de vehículos, cualquiera que sea su clase y la persona que lo guíe, ceder el paso a los vehículos que tienen derecho a vía libre». Martínez asegura que es fundamental que las personas sepan que al escuchar la sirena, inmediatamente deben hacerse a un lado para que la ambulancia se desplace por el carril del centro.
«He notado que muchas veces van en el tráfico, escuchan las sirenas, empiezan a ver dónde es, cuando eso ya debería ser por instinto moverse hacia a un lado, ya que estas se desplazan por el carril de en medio», detalló.
La otra situación que genera problemas a la hora de transportar a un paciente o víctima de algún percance es el tráfico pesado, especialmente en las horas pico en la capital, con énfasis en zonas como Soyapango, la alameda Juan Pablo II, la calle 5 de Noviembre, la Troncal del Norte, los bulevares del Ejército y de Los Próceres, entre otras.
Para contrarrestar esta situación, la CRS ha implementado una estrategia llamada Rescate Motorizado, con la que, gracias a motos que han sido adecuadas para transportar los insumos necesarios para atenciones de emergencia y hospitalarias, se puede lograr una movilización más efectiva y que permita llegar más rápido al lugar de los siniestros para atender a las víctimas y estabilizarlas antes que las ambulancias lleguen al lugar. Samuel García, quien se desempeña como socorrista desde hace tres años y es conductor de una ambulancia de la CRS, expresó que todavía se observan conductas inapropiadas de parte de los automovilistas cuando ellos van con sirena abierta. Estas generan atrasos en el traslado de los pacientes.
«Hay conductores que piensan que es broma cuando vamos con la sirena abierta o que no llevamos a pacientes. Esto nos dificulta cuando vamos hacia el lugar del accidente, incluso hay personas que nos agreden o nos gritan que llevamos mucho ruido con la sirena», comentó.