La similitud entre ARENA y el FMLN es increíble, incluso en el hecho mismo de habernos arrebatado la vida de un poeta y de un profeta.
Se parecen en todo, hasta en la forma de esconder a sus criminales, pues hasta la fecha no se ha podido hacer justicia en ninguno de los dos casos, ni con los asesinos materiales ni con los que dieron las órdenes de matarlos.
El partido ARENA ha conseguido, hasta hoy, que no se juzgue a quienes asesinaron a Monseñor Romero, y el FMLN, por su parte, ha evitado que se castigue a quienes le quitaron la vida a Roque Dalton. Fueron dos crímenes cometidos por la incapacidad de combatir las ideas con ideas, además de la costumbre primitiva de recurrir a la barbarie cuando no se tienen argumentos.
La justicia salvadoreña debería retomar estos casos, porque si a los dirigentes de esos partidos se les juzga solo por sus actos de corrupción, quedará una importante deuda con el pueblo y con la familia de las víctimas.
Por la importancia y la trascendencia que aun después de muertos han tenido tanto Romero como Roque Dalton en el mundo entero y por todo el aporte literario y moral que la sociedad dejó de percibir porque les truncaron la vida, estos crímenes son considerados de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptibles. Si se hiciera justicia en estos casos, se estaría haciendo con ellos también una justicia simbólica: con Romero, a los miles de asesinados durante la guerra que son responsabilidad de ARENA; y con Roque Dalton, a los otros miles que son responsabilidad del FMLN.
Estos dos partidos se parecen en todo: ambos han robado, ambos han mentido, ambos han traicionado y matado. Sin embargo, y para bien del pueblo, también se parecen en otra cosa, y es que ambos han sido castigados en las urnas, reducidos a la más mínima expresión y puestos a punto de desaparecer. Por 30 años, o quizá más, simularon enfrentarse y de esa manera a muchos nos engañaron.
Pero un buen día se les cayó la careta, el pueblo los descubrió y decidió aplicarles el castigo que se merecían: expulsarlos de todos los puestos de poder que hasta entonces habían afianzado para, desde allí, además de robar, hacer todo lo que se les venía en gana.
Por supuesto que lo lógico y esperado es que suceda lo que está sucediendo, que es procesarlos luego de quitarles el poder, además de obligarlos a devolver lo que ilícita y fraudulentamente han tomado. Sin embargo, no olvidemos que ellos son también los responsables de llevar a este país a una guerra inútil, cuyo único fin era hacerse del poder para beneficiarse ellos y su círculo cercano.
No olvidemos que en el marco de esa guerra fratricida ellos cometieron los más horrendos crímenes por los cuales deberían pagar. En mi libro inédito y en el cual he escrito una serie de composiciones que he dado en llamar «Sabias rimas» hay una que dice: Por el miedo a la palabra escrita y el miedo a la palabra hablada fue que fueron Roque Dalton y Romero pasados por el filo de la espada.