El ser humano teme a muchas cosas, unas son conscientes y otras están alojadas en la inconsciencia o simplemente guardadas en el armario de la no aceptación. Pero uno de los temores más grandes en la vida, aunque no sea aceptado, es el temor a lo desconocido; pero es este punto el que hay que tratar con total profundidad y rigor de pensamiento. ¿Es realmente a lo desconocido que tememos o, en realidad, tememos a que lo conocido deje de ser?
La persona humana está tan apegada a su modo de hacer las cosas o de pensar que el solo hecho de que algo sea distinto puede ser una alarma de molestia interior. Piense en lo siguiente, querido lector: imagínese que algo que tanto aprecia llega a su final… Es una imagen desbordante, pero la realidad en cada momento termina lo que era y da paso a lo que no es y ahora termina siendo. Aunque esto es cotidiano, nuestra forma de pensar altera esa realidad y mantiene como vivo lo que ya no es.
Podría preguntarse: ¿pero en qué me afecta no aceptar el final de algo? En mucho, ya que la vida está en constante cambio y en la venidera de nuevas realidades. Por lo tanto, no aceptar la finalización de lo conocido es un alargamiento psicológico que imposibilita para renacer en todos los aspectos posibles. No se teme a lo desconocido, insisto, se teme a que lo conocido llegue a su final. ¡Vaya circunstancia psicológica y emocional tan fascinante!
De tal manera, que es necesario comprender esta realidad psíquica de carácter casi metafísico; así posibilitar desde el consciente la eventualidad de dar la bienvenida a lo desconocido como continuación óntica de lo que ya deja de ser y fue parte del camino a recorrer en la vida.
Por tanto, mantengo en firme esta posición. Ya lo decía el maestro Teal Swan: «No tememos a lo desconocido. Tememos lo que creemos saber sobre lo desconocido». Por lo tanto, no existe autoridad racional sobre este aspecto, es una situación de simple solución, pero de compleja aceptación en la naturaleza humana.
Que este planteamiento te impulse a dejar de ser lo que será, por lo que es, pero ya pronto dejará de ser. Permítete, pues, comprender la necesidad de dar paso a lo desconocido, al final todo lo que es no fue en un tiempo y mira cuánto valor se le terminó otorgando. La mayor emoción de un ser inferior es el temor a lo desconocido, por tanto, no seas de este segmento poblacional que no degusta la vida ante la inminente llegada de lo desconocido.
Empero, recuerda que todos tememos, pero lo que hacemos con ese temor hace la diferencia entre el espíritu libre y el esclavo de sus propios temores. Camina siempre al borde de lo venidero, solo así estarás viviendo con los cambios necesarios para una existencia real y llena de crecimiento personal y social. Deja ir lo que ya te dio lo necesario y deja entrar lo que te dará lo importante, es decir, una vida llena de plenitud y dispuesta a crear conforme a lo que la vida misma te ofrece.