Iniciaron con cinco integrantes tocando música en inglés y sin intención alguna de formar un grupo musical, pero como bien dicen «uno regresa donde fue feliz», ellos volvieron para crear La Vieja Fiebre.
Nacieron el 3 de febrero de 2007. Diecisiete años después, la agrupación está atravesando una pequeña transición, ya que su director y pianista, William Cenna está cediendo el teclado a un nuevo integrante. Ahora son nueve.
Según manifiesta Cenna, la dirección seguirá siempre a su cargo, pero le ha tocado ceder su lugar en el grupo porque le ha vuelto a dar vida a «su bebé», Salsa Clave.
Para conocer más sobre los inicios de La Vieja Fiebre y la controversia que se generó por usar este nombre, conversamos con su fundador.
Estaba leyendo que La Vieja Fiebre nació luego que se desintegró Fiebre Amarilla. ¿Es así o no?
Fue un accidente nada más, porque yo tenía un amigo ítalo americano en la Embajada Americana, y ellos tenían su celebración del 4 de julio. Me dijo: «mira, necesitamos un grupo que toque en inglés», yo tenía Salsa Clave pero ellos no tocaban inglés, entonces me acordé de los músicos de la Fiebre Amarilla. Nos reunimos de emergencia, nunca ensayamos, fue una improvisación, pero salió como que habíamos ensayado toda la vida ya por la experiencia de los años de tocar.
Vino uno de ellos y dijo «que chivo fuera que nos quedáramos así». Sí, pero es bien difícil el tiempo de cada quien, dije. «Yo tengo chance», dijo uno; «yo también» dijo otro; el que no tenía chance, era yo. Entonces les propuse que trabajaran para mí, me manifestaron que iban a pensarlo. La respuesta fue que sí pero si yo tocaba el piano. Me sentí entre la espada y la pared, al final conseguí un pianista para Salsa Clave y ya me quedé dirigiendo el grupo.
¿Pero el nombre si es por Fiebre Amarilla?
Originalmente en el grupo éramos cinco. Yo nunca fui parte de Fiebre Amarilla, pero cuatro si venían de allí, asi que fueron ellos quienes me dijeron que le pusiéramos La Vieja Fiebre, porque en su antigua agrupación habían sido fundadores o tenían hasta 20 años de estar ahí.
A mí nunca me ha gustado ser apéndice de nadie. Siempre me ha gustado mi independencia y no quería que me relacionen con nada, pero ahí la mayoría mandó. Acepté porque pensé que lo más que iba a durar el grupo serían dos años y se va a terminar. Los dos años ya se hicieron 17 años.
Yo respeto mucho la marca de Fiebre Amarilla, porque que fue un tremendo grupo y ha dejado legado musical. Pero cuando nosotros no tocamos algo de ellos nos dicen y ¿por qué no tocan tal cosa?, la respuesta es porque nosotros no somos Fiebre Amarilla, hay músicos, pero nosotros somos La Vieja Fiebre.
Por ese nombre también hubo problemas legales, ¿verdad?
El dueño original y el autor de ese grupo es don Willy Maldonado y Armando Zepeda lo bautizó como Fiebre Amarilla, luego otra persona compró las acciones y obviamente quedó como dueño por muchos años, él fue quien me amenazó que me iba a meter preso por usar el nombre, pero como yo antes de hacer algo he sido bien ordenado, registré el nombre de La Vieja Fiebre e incluso me dijeron «mire Fiebre Amarilla está libre, ya el protocolo se terminó si quiere puede ponerle ese nombre».
Yo he tratado de seguir los pasos de mis padres y he tratado de ser lo más correcto posible, dentro de lo que cabe, por eso le puse La Vieja Fiebre. Me mandaron abogado y todo, pero cuando yo saqué mi registro ya no hubo problemas.
Al inicio me comentó que el grupo nació cantando en inglés, pero al escucharlos ahora también tocan cumbia…
Yo tengo que hacer un abanico de géneros, tengo que llegar al gusto de todo mundo. Lo único que no tocamos es perreo y reggaetón. Eso sí, mantenemos la esencia de antes. Incluso para grabar no grabamos uno a uno, sino que grabamos en grupo, como se grababa antes. Da una mejor sensación, hay una mejor comunicación con el músico cuando uno está grabando y se siente esa energía que se emana en la tarima.
Siempre seguimos tocando en inglés y rock, pero también cumbia. Lo que pasa es que en este país nosotros no podemos nadar contracorriente, nuestro pueblo consume cumbia.
¿Si tocan música de banda?
No. No me gusta mucho la música de banda, pero por curiosidad o por cultura la escucho, ¡qué buenas letras, tienen buenas melodías! A mí lo que no me gusta es ese montón de metales que hay, el género rítmico tal vez. Pero hay unos buenos cantantes, hay tremendas letras de amor también y todo eso de despecho.
Y las canciones que han hecho, ¿son propias o son covers?
Solo hemos grabado una canción propia y vamos invictos con eso, porque cada vez que alguien que vive en Estados Unidos la escucha, las lágrimas son por seguro. La canción se llama «volver a nacer», una letra de Enrique Guzmán, un predicador cristiano católico que tiene un montón de alabanzas lindas. Él nos regaló esa canción, le hice el arreglo y realmente toca fibras.
¿Se vienen nuevas melodías?
Ahorita estamos pensando grabar una canción viejísima que creo que es de los 60, se llama «la pera madura», posiblemente en versión cumbia, yo voy hacer los arreglos.
Con la agrupación lo que buscamos son dos cosas, una que siempre suene bien, porque no cantamos de gratis, nos están pagando y por ende, tenemos que dar un buen trabajo; y la otra cosa, la gente cree que nosotros somos la panacea de los músicos, esperan de nosotros la calidad que debemos de darles y no podemos perderla.