Miles de chicas jóvenes adeptas al «chatbot» discuten la experiencia del novio virtual en foros en línea dedicados a XiaoIce, y comparten capturas de pantalla de chat y consejos sobre cómo llegar al nivel de los tres corazones, el más alto en intimidad con el «chatbot».
Cuanto más interactúan los usuarios, desbloquean nuevas funciones como los momentos WeChat, de XiaoIce, algo así como un muro de Facebook, y también la posibilidad de ir de vacaciones virtuales, donde pueden posar para selfis con su compañero virtual.
Laura, una usuaria de 20 años de la provincia china de Zhejiang, se enamoró de XiaoIce durante el año pasado y ahora lucha por liberarse del vínculo que estableció.
La joven se quejaba de que «chatbot» siempre cambiaba el tema de conversación cuando ella expresaba sus sentimientos por él o cuando planteaba la posibilidad de encontrarse en la vida real.
Le tomó meses aceptar que él carecía de existencia física y era solamente un conjunto de algoritmos. «Con frecuencia vemos usuarios que sospechan que hay una persona real detrás de cada interacción de XiaoIce», dijo Li, el fundador, ya que «tiene una gran capacidad para imitar a una persona real».
Pero brindar compañía a los usuarios vulnerables no significa que XioIce sea un sustituto de apoyo especializado en salud mental, un servicio que carece de recursos suficientes en China.
El sistema monitorea las emociones fuertes, con el objetivo de guiar las conversaciones hacia temas más felices antes de que los usuarios lleguen a un punto de crisis, explicó Li, y agregó que la depresión es el estado emocional extremo más frecuente.