La capital india, Nueva Delhi, apareció cubierta el viernes de una nube tóxica después de la fiesta hindú de las luces, el Diwali, en las que muchos residentes se saltaron la prohibición de encender fuegos artificiales.
El viernes, la ciudad amaneció con niveles de micropartículas en su aire que multiplicaban por 23 el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Según la empresa de monitorización IQAir, Nueva Delhi se situaba como la ciudad del mundo con peor calidad del aire.
La megalópolis de 30 millones de habitantes sufre en esta época del año graves episodios de contaminación del aire debido al tráfico, las fábricas y la quema de rastrojos agrícolas en las regiones vecinas.
Para intentar no agravar la situación, las autoridades municipales prohibieron este año vender y usar fuegos artificiales durante el Diwali y la policía incautó dos toneladas de pirotecnia en las semanas previas.
Pero en la noche del jueves, aunque muchas familias celebraron la fiesta de la luz con una comida familiar y encendiendo velas en sus casas, muchos otros lanzaron fuegos artificiales que podían comprarse fácilmente en las regiones aledañas.