El complot se conoció en abril tras la acusación de cuatro cómplices de la interesada, designada simplemente como Elisabeth R., sin mencionar su edad.
Es sospechosa de «participación en una agrupación terrorista y complicidad en la preparación de una empresa de alta traición contra el Estado» , precisó la fiscalía de Karlsruhe, competente en materia de terrorismo o espionaje.
Elisabeth R. ocupaba una «función superior» en la organización del grupo, dando instrucciones para hacer avanzar y coordinar los proyectos.
También participó en los esfuerzos de dos cómplices para obtener armas y explosivos.
El grupo se había fijado el objetivo de crear condiciones de «guerra civil» en Alemania, en particular perpetrando atentados contra las infraestructuras de suministro de electricidad para provocar «el caos».
Sus protagonistas querían también secuestrar al ministro de Sanidad Karl Lauterbach, responsable de estrictas medidas de lucha contra el coronavirus en el momento más álgido de la pandemia, y detestado por los «Querdenker», los opositores a la política gubernamental anticovid-19.
El socialdemócrata, ahora bajo protección policial, había deplorado los actos «de una pequeña minoría pero muy peligrosa».
El grupo se dividía en dos ramas, militar y administrativa, detalla la fiscalía. La sospechosa también estaba reclutando nuevos miembros.
Segun la fiscalía, adhiere a la ideología de los «Reichsbürger» (ciudadanos del Reich), que no reconocen la autoridad de la ley fundamental en la que se basa la República Federal Alemana y consideran que sólo la constitución del Imperio alemán de 1871 tiene valor.
Este movimiento conspirativo, bajo vigilancia policial, ha demostrado ser muy activo en las protestas contra las medidas de lucha contra la pandemia o contra la vacunación anticovid.