El número de personas que padecen hambre se estabilizó en 2022 tras siete años de alza, un «modesto progreso»aunque insuficiente para cumplir la meta de eliminar ese flagelo en 2030, advirtieron el miércoles cinco agencias de la ONU.
Unas 735 millones de personas padecieron hambre ese año, un 9,2% de la población mundial, alerta el informe, entre cuyos autores figuran la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
América Latina registró avances en la lucha contra el hambre, con excepción de la región del Caribe, donde la situación empeoró.
La subalimentación crónica aumentó igualmente en Asia occidental y África, señala el reporte, que lleva igualmente el sello del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El documento es una «instantánea de un mundo que aún se está recuperando de una pandemia mundial y que ahora se debate con las consecuencias de la guerra en Ucrania, que ha agitado aún más los mercados de los alimentos y la energía».
La ONU alerta de que desde 2019, estas dos crisis añadieron a 122 millones de personas al mapa del hambre.
El informe advierte que si no se orientan mejor los esfuerzos, el objetivo de «poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas en 2030 seguirá estando fuera de nuestro alcance».