El obispo Fabio Colindres confirmó ayer que el expresidente Mauricio Funes avaló la tregua y que junto con el exministro de Justicia y Seguridad David Munguía Payés estaban enterados de todo lo que ocurría con ese pacto, ya que junto con Raúl Mijango, como mediadores de ese proceso, les rendían informes.
En su declaración, el religioso sostuvo que al ser mediador comprendió que tendría acceso a los centros penales sin registros y teléfono personal con autorización de David Munguía Payés y Mauricio Funes.
«Como mediador pude ingresar antes, durante y después de los traslados y todas las actividades que realizaban se las informaba a Funes y a Munguía Payés», respondió a preguntas de los fiscales.
Colindres dijo que a Mauricio Funes lo conoció en Casa Presidencial a raíz de la tregua. Sostuvo que la tregua inició en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca, en La Paz, y que con ese proceso la pandilla 18 y la Mara Salvatrucha pactaron no agredirse sabiendo que iban a tener facilidades del Gobierno; las peticiones las hacían a través del exguerrillero Mijango.
«Lo primero que pidieron era salir del penal de máxima seguridad, visita íntima y la posibilidad de hasta tener teléfonos celulares», dijo el obispo al ser interrogado sobre los privilegios que las pandillas exigieron como condición para entablar la denominada tregua.
Detalló que con Mijango no tenían una agenda establecida, solo que el exguerrillero le explicó que tenían facilidades de ingresar a los penales sin registros.
Tras las peticiones hechas por los cabecillas, la primera que se les cumplió, por orden de Funes y de Munguía Payés, fue trasladarlos del penal de Zacatecoluca a «sus bases», como les llamaron a los recintos carcelarios donde estaban sus demás compinches. Argumentaron que debían estar con ellos para convencerlos de la tregua. El primer traslado fue el 12 de marzo de 2012.