El obispo nicaragüense Rolando Álvarez fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, un día después que rechazó salir de Nicaragua junto con 222 presos políticos que fueron deportados por el Gobierno de Daniel Ortega a EE. UU.
De acuerdo con Ortega, monseñor Álvarez rehusó subirse al avión debido tras afirmar «que primero tendría que hablar con los obispos, reunirse con los obispos y exige una reunión con los obispos», por lo que fue enviado a prisión nuevamente.
Añadió que Álvarez pidió que llamaran a «todos los sacerdotes, porque él tendría que hablar con ellos. Que se bajen del avión para que hablen con él. Y que lleguen los obispos también para hablar con él».
El obispo Álvarez, de 56 años, fue detenido el 19 de agosto y acusado en diciembre por la fiscalía de delitos de conspiración «para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas» a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
Tras la deportación de los opositores, y el regreso de monseñor Álvarez, se dio a conocer que el obispo fue condenado a 26 años de cárcel y, además fue despojado de su nacionalidad.
Por otra parte, el gobierno de España informó que ofrece la nacionalidad española a los 222 presos políticos liberados por Nicaragua, anunció el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una entrevista difundida este viernes.