El Salvador ha vuelto a hacer historia. La Liga Mundial de Surf (World Surf League [WSL], en inglés) ha seleccionado las costas salvadoreñas para que el próximo año sean el escenario en el que competirá la crema y nata de los atletas de las olas.
El Sunzal ha sido escogido para una de las fechas del Longboard Tour 2023 de la WSL, entre el 18 y el 25 de septiembre. Además de las playas salvadoreñas, el certamen se desarrollará en Bells Beach, en Victoria, Australia (del 30 de agosto al 2 de septiembre) y en Malibú, California (del 3 al 13 de octubre).
«No es fácil transformar lo que hace poco era literalmente el país más peligroso del mundo… Pero Dios nos regaló un paraíso. Solo necesitamos quererlo, cuidarlo y trabajar duro para lograr el país que soñamos», reaccionó el presidente Nayib Bukele en Twitter luego del anuncio de la WSL.
Surf City, entonces, se ha colocado en la cima de la liga más competitiva de surf en el mundo. Como dice el mandatario, hace apenas tres años, antes de que iniciaran las transformaciones que impulsa el presidente Bukele, El Salvador solo era reconocido por ser un país en donde las pandillas imponían el terror con la complicidad de políticos corruptos, incapaces de combatir el crimen porque mantenían pactos de sangre con los delincuentes.
Ahora, en cambio, la transformación está a la vista con la visita de turistas que no dudan en reconocer las mejoras en la seguridad y las nuevas inversiones en el país.
Ya El Salvador ha sido sede de algunas competencias de trascendencia internacional en el surf, como el ISA World Junior Surfing Championship, en La Libertad; y en las próximas semanas, del 23 al 26 de noviembre, albergará a 300 surfistas en el torneo latinoamericano 6 Estrellas, en la playa Las Flores, San Miguel, en Surf City 2.
Obtener el reconocimiento internacional ha sido una tarea que ha involucrado la labor de varias instituciones del Gobierno y el decidido impulso del presidente Bukele desde el inicio de su mandato. Pero no solo se trata de reconocimiento, sino también de generar mejores condiciones para los turistas para atraerlos y, de esa forma, generar mayores ingresos económicos para un gran número de personas. Eso, en definitiva, es lo que mejorará la calidad de vida de los salvadoreños.