La coordinadora residente de Naciones Unidas en El Salvador y Belice, Birgit Gerstenberg, expresó ayer en una entrevista para «Diario El Salvador» que la ONU «simpatiza mucho con la intención» del Gobierno salvadoreño de terminar con el dominio que mantenían las pandillas tanto en la vida social, en la seguridad del país, en la vida de las personas y en las comunidades.
«No es aceptable que se quite la vida a la gente por parte de unos grupos realmente criminales. Mucho daño fue hecho al país», afirmó.
Además, indicó que la ONU respeta la decisión del Estado salvadoreño de aplicar el régimen de excepción como una medida para combatir a los grupos criminales. «El estado de excepción es una medida de Gobierno que no juzgamos. Cada Gobierno impone esas medidas de acuerdo con su juicio», consideró.
Además, recordó que la violencia social en El Salvador ha sido una problemática «de siglos», que generó patrones culturales y sociales. «Hubo en el siglo pasado incidentes muy violentos, hablo del genocidio que se cometió contra la población indígena en los años treinta, del conflicto armado en los años setenta y ochenta, en los años después cuando se establecieron las maras o pandillas», puntualizó.
Asimismo, manifestó la esperanza que tiene la ONU en que, a partir del régimen de excepción, surjan nuevas iniciativas para detener la violencia.
«Queremos expresar nuestra esperanza que de ese estado de excepción surjan políticas más profundas que se dirijan a la violencia en la familia, contra las mujeres, a la violencia en las relaciones sociales; y no solamente hablo de violencia física, sino a ese maltrato que recibe la gente toda su vida en el área laboral, en la vida comunitaria, etcétera. Es decir, que haya una lucha contra la violencia desde sus raíces, en el patrón de pensamiento y mentalidad de la gente», sostuvo.
Gerstenberg señaló: «Hay muy buena voluntad por parte de la población y del Gobierno de utilizar el régimen de excepción como una oportunidad; es decir, tratar de levantarse con un nuevo espíritu, y eso esperamos que sea posible con el término del estado de excepción. De ir a medidas muy profundas con los jóvenes que en este momento sufren, en principio, un descuido muy importante de la sociedad».
La coordinadora de Naciones Unidas aseguró que con el tema de la violencia «hay un par de acentos que se deben mover de un lado a otro, sobre todo con el tema de los jóvenes y las mujeres».
«Muchos jóvenes terminan la escuela antes del momento en que deberían. Cuando un joven con 14 o 16 años está en la calle, sin nada y sin oportunidades, no beneficia a la sociedad con su potencial para el desarrollo. Los jóvenes son los que llevan a la sociedad para adelante», dijo.
Ante esto, destacó que «Naciones Unidas desea que El Salvador lleve a cabo el estado excepción con el debido respeto a los derechos humanos, las reglas y los principios judiciales». Y afirmó que construir un camino hacia la seguridad social implica «muchos retos, pero también grandes oportunidades».
«Nosotros queremos trabajar para que se vean especialmente oportunidades, y para que se corrijan las situaciones que son problemáticas, pero creo que el Gobierno ya tiene esa conciencia y nosotros respetamos eso», añadió.