Sócrates afirmaba que: «una vida sin examen no merece la pena ser vivida» que una vida sin examen es indigna de un hombre, porque sin evaluarse no puede desarrollar las facultades que son únicas a los seres humanos, la importancia de examinarse a sí mismo y a los demás es necesaria.
El fútbol en El Salvador es una historia llena de emociones. Y es necesaria examinarse, escribirla. Debe contarse, sólo así nos podrá iluminar el camino, olvidarse de tantas efemérides que le dieron notable posición futbolística a nivel de Centroamérica y el mundo, es querer borrar de un plumazo las raíces culturales de un pueblo que a través de su historia el fútbol ha sido su pasión. Fuimos la primer selección de la región en ir a un Mundial, rompiendo la barrera que tenían las selecciones centroamericanas y con una generación de futbolistas talentosos y comprometidos pudimos asistir al Mundial de México 1970.
Pero, si no fuimos capaces de examinar y escribir lo vivido sacando las mejores conclusiones de esa experiencia, solo queda como unas efemérides más para el recuerdo que sirven para engalanar las estadísticas de la historia o motivo para alardear de forma personal el haber estado en un mundial de FIFA.
Los años setentas a los ochentas podemos decir que fue la época de oro de nuestro fútbol. La calidad nos permitía imponer las condiciones y siempre éramos protagonistas en todas las competencias, fuimos los precursores en eventos donde nos visitaban selecciones nacionales y equipos del primer mundo. Esta modalidad de competir permitió el crecimiento de muchos futbolistas, que le fueron dando forma a una nueva generación de jugadores que hicieron posible el segundo sueño mundialista en España 1982. En ese proceso fue que surgió la figura del genio Jorge «Mágico» González.
Después de esa década de éxitos nos fuimos relegando sin encontrar la ruta del éxito, los países centroamericanos comenzaron a crecer futbolísticamente y a ganar protagonismo. Pero debemos aceptar que, lastimosamente, nos ha faltado liderazgo con visión de futuro, y conocedor de la riqueza del pasado.
Desde 1990, Costa Rica comenzó a tomar ventaja con su selección, convirtiéndose en el país de la región con más participaciones en copas del mundo, han sido cinco veces que han tenido la supremacía del área. En su cuarto mundial, en Brasil 2014, ha sido su mejor desempeño, alcanzado los cuartos de final. Honduras, que ha logrado ganar el derecho de participar en cuatro Juegos Olímpicos de la era moderna y tres mundiales absolutos de FIFA, con el agregado de lograr ser constantes en torneos juveniles sub-17 y sub-20 de Concacaf y FIFA.
La intención de revisar estos datos es para podernos demostrar lo necesario deexaminar nuestros pasos e investigar qué están haciendo nuestros vecinos para lograr sus avances y mantener su protagonismo a nivel mundial. Esto nos indica que necesitamos innovar los planes desde las raíces hasta la parte profesional; resulta una necesidad si pretendemos recuperar el protagonismo en Concacaf y volver a revivir los sueños de aquel fútbol que sin llegar a ser un futbol industrial, fue capaz de llenar los estadios en cada presentación. Autoridades del Gobierno han anunciado que el país ha entrado en la era delcrecimiento en infraestructura, educación, salud y modernización en sus ejes de acción. En esta dinámica de progreso el fútbol no puede relegarse, tenemos que tomar la iniciativa y plasmar cómo pretendemos ver a nuestro fútbol en el futuro.
Los que logramos vivir esas épocas de buenos resultados nos deleitábamosviendo un futbol creativo lleno de fantasía. Ver jugar a Pipo Rodríguez por la banda derecha, la fortaleza de Mon Martínez o la de Sergio Méndez, ejemplo de buena técnica y fuerza en el área de las definiciones. Salvador Flamenco Cabezas, Pachín González, Ruso Quintanilla, Jaime «Potro» Portillo con alardes del fútbol alegre, y en defensa Salvador Mariona, Guillermo Castro o Raúl Magaña. A este grupo se agrega dos legendarios del fútbol: Juan Francisco «Cariota» Barraza y Juan Antonio «Máquina Merlos. Son algunos de los tantos nombres que le dieron lustre al futbol en la década del setenta.
La historia mundialista se cerró en España 1982 con sólidos argumentos de que el futuro lucía alentador, ya que contábamos con una selección solvente al momento de competir, integrada por excelentes jugadores. Fue un lujo para los aficionados ver al Mágico González por la banda con todas sus genialidades, Ever Hernández; Luis Baltazar Zapata, Mandingo Rivas como goleadores natos; Tuco Alfaro, Pájaro Huezo y José Luis Rugamas con fortaleza en el medio campo; Ramón Fagoaga, Jaime Rodríguez, Francisco Jovel Cruz, Carlos Recinos y Ricardo Guevara Mora imponiendo seriedad y disciplina en el orden defensivo.
Es grato recordar a grandes entrenadores nacionales y extranjeros que en esas décadas dieron su aporte en beneficio de mantener el status ganado. El profesor Conrado Miranda Sasso, sin duda ha sido el más grande en la historia del futbol, con una visión de futuro y conocedor de los puntos claves a potenciar en todas las áreas del futbol, fundador de la Asociación de Entrenadores de Futbol de El Salvador Aefes con más de 50 años de fundación. Don Gregorio Bundio, artífice de la clasificación para estar en México 1970; el profesor Hernán Carrasco y sus conocimientos han dejado una escuela que ha dado frutos en jugadores que tuvieron el privilegio de ser dirigidos.
Decir que en el momento de los buenos resultados han sido los técnicos nacionales los que han logrado clasificar a nuestro fútbol para los grandes eventos, Raúl Alfredo Magaña, Mauricio Rodríguez, Armando Contreras Palma, Juan Ramón Paredes, Mauricio Alfaro, Víctor Manuel Pacheco entre otros.
La figura del míster Milovan Djoric es uno de los últimos entrenadores extranjeros que llego al país e implantó una dinámica diferente de trabajo, dueño de una personalidad y carácter férreo en su forma de conducirse. ¡Qué grandes maestros! La intención de traer estos imborrables recuerdos solo nace de la necesidad de examinar nuestro pasado y poder recuperar nuestra verdadera identidad, del salvadoreño luchador y desafiante; la historia bien escrita y bien contada nos ayuda a nunca olvidar lo que fuimos, y retarnos a ver el futuro con mejores perspectivas, los involucrados en la cúpula de nuestro futbol están obligados a hacer un alto y darse un espacio para reflexionar y preguntarse. ¿Cuál es el nivel de fútbol que queremos para el futuro? ¿Lo que hacemos es valedero para alcanzar el nivel deseado? ¿Será necesario de una planificación y ceñirnos a ella? Hay tantas interrogantes que aparecen solo después de un mal resultado de nuestra selección y pasado el tiempo pareciere volver a caer en el olvido.
Por mi parte, no me cansaré de decir lo que creo y siento, aunque al final pareciera no ser escuchado. Me impulsa a escribir porque quiero seguir soñando con lograr ver un fútbol en condiciones de competir con los grandes.