Si haber escuchado el descargo de los jugadores de Alianza, que desistieron de ser convocados para el inicio de la eliminatoria a Catar 2022, por no estar de acuerdo con los incentivos económicos que les ofreció la Fesfut, en lugar de lo que ellos pedían, me parece un disparate las cifras que manejaban. Tendrán sus razones, las conoceremos hoy, pero atreverse a pedir $1,000 por perder un partido es absurdo, es ilógico.
En un sano juicio a nadie se le premia por hacer algo contrario a lo que se le pide, para lo que es tomado en cuenta, para que lo que se le contrata. Obviamente que si vas a la selección mayor, equipo donde cualquier futbolista profesional -y no profesional- quisiera llegar, es para ganar. En este caso, el equipo que salte a la cancha el 25 de marzo para enfrentar a Granada tiene la obligación de sacar los primeros tres puntos del inicio de la ruta al Mundial de Catar 2022. Sueño que se empieza a escapar desde antes de entrar a la cancha por estas razones.
En todas partes del mundo, hasta en la misma selección brasileña pentacampeona del planeta, hay premios, que seguramente deben ser mayores a los que recibe una selección salvadoreña. Pero todo dentro de lo lógico, por ejemplo, por objetivos cumplidos. Por ahora, el mismo presidente de la Fesfut, Hugo Carrillo, dijo que serán $200.000 si se logra el pase al octogonal. Eso no me parece descabellado, porque luego vendrán más ingresos a una federación que ha sido golpeada en la parte econímica por la pandemia y por otras razones. Pero ojo, eso no es culpa de los seleccionados.
Por ahora, aunque en la cancha veamos otra realidad, no me creo que las selecciones de las islas del Caribe, con el perdón que se merecen, hayan crecido en el fútbol. Me parece que nosotros nos hemos estancado. Pero menciono esto porque vería justo, sobre todo, a modo de motivación, que se negocien premios por partido, pero nunca por perder. De hecho, ya que menciono Brasil, en una publicación del periódico el País, de España, en septiembre del año pasado, se asegura que los futbolistas de la Canarinha cobran por entreno realizado.
Mientras esperamos el descargo de los jugadores de Alianza, lo pedido en la reunión del viernes pasado está fuera de toda lógica. Lo digo con sensatez, porque ayer por la tarde leí a varios aficionados identificados con el blanco, dar respaldo a los jugadores por la decisión que tomaron.
El amor a los colores, a la azul de la Selecta, es innegociable. Hacerlo por ese sentimiento debería ser el único requisito para portarla. Sepan que es la vitrina para ser vistos y poder salir al extranjero. Dicen que Alianza es más vitrina, pero ningún jugador del cuadro capitalino fue exportado tras las buenas presentaciones en Liga de Campeones Concacaf. Y esto lo digo siendo aliancista.
Lo que rescato de todo esto es la transparencia, de parte de la Fesfut, porque se evitó un bochorno y especulaciones. Se fue claro al decir las razones por las que estos jugadores no fueron convocados y no se tuvo que vivir un episodio igual como el de Santa Lucía, cuando los jugadores cometieron actos de indisciplina y se mintió, lo quisieron ocultar.