El aliancismo vive ahora el momento más doloroso de su historia. Los 12 fallecidos de este sábado, tras la desgracia en el Monumental, lo sumergen a fondo en el luto.
Tras ese trago amargo, Alianza tuvo que afrontar las consecuencias deportivas: un año a puerta cerrada como local, $30,000 de multa y pérdida del juego ante FAS, por 0-2, en la vuelta de cuartos.
Por ahora, la dirigencia alba ha esquivado los reflectores, para entrar en un análisis de lo que sucedió el sábado en medio del juego por causas de la final, ante FAS. Este medio logró obtener la versión del dirigente albo, Óscar Amaya, en una breve plática, pero el directivo no tenía aliento ni cabeza para poder ahondar sobre el tema
«No es momento ahora para estar pensando en la parte deportiva, sino en lo emocional. Hay demasiadas víctimas, para estar pensando en eso. Estoy seguro de que la parte legal del equipo ya sabrá qué hacer, pero no puedo dar una opinión con respecto a la sanción. Estamos consternados con las familias, que al final es familia aliancista», aseguró el dirigente, en charla con este medio.
Amaya estuvo el sábado en la cancha del Cuscatlán, tras la desgracia, para apoyar a los afectados. «Estamos dolidos por lo que ha pasado. Lo menos importante ahora es lo deportivo, queda en segundo o tercer plano. Estamos concentrados en el dolor de la familia», externó el dirigente capitalino.