La muerte del padre Flavián Mucci, fundador y presidente de la Asociación Agape de El Salvador, ha generado cientos de conmovedores mensajes de cariño y agradecimiento que destacan la obra que realizó en el país en los últimos 43 años al frente de esa entidad sin fines de lucro e identificada con las necesidades de personas y familias más desprotegidas.
El presidente de la República Nayib Bukele y la primera dama Gabriela de Bukele, publicaron en Twitter sus muestras de condolencia. «El Presidente @nayibbukele y la Primera Dama Gabriela de Bukele acompañan a la Asociación @agapeelsalvador ante la pérdida de su fundador, el Padre Flavián Mucci. Nuestras más sinceras condolencias acompañen a sus familiares y amigos».
La Arquidiócesis de San Salvador, publicó, «Dale, Señor, el eterno descanso. Agradecemos al Señor por la vida del padre Flavián Mucci».
A las muestras de pesar se unió la encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Jean Manes, quien publicó su pésame a la Asociación Agape por el deceso del padre Mucci. «Un estadounidense que amó profundamente El Salvador».
Mientas que el alcalde de Sonsonate, Rafael Arévalo, publicó. «Estudié en el colegio San Francisco de Asís de AGAPE. Lamento mucho el fallecimiento del padre Mucci. El me reconoció muchos logros deportivos durante muchas misas en mi época de atleta, ahora como alcalde le honraré en la historia sonsonateca. Un abrazo hasta el cielo padre Mucci».
Las obras del padre franciscano en favor de niños, jóvenes y adultos, ha sido reconocida por todos los sectores, el 28 de mayo de 1992 fue declarado Hijo Meritísimo de El Salvador por la Asamblea Legislativa.
El sacerdote franciscano estudió filosofía en el Seminario Franciscano Lowell, Massachussets y Teología en el Seminario Mount Alvernia, en Wappingers Falls, de Nueva York.
Al culminar sus estudios fue ordenado sacerdote, el 15 de junio de 1963, en Nueva York y en abril de 1964 viajó hacia Centroamérica, específicamente a Honduras, pero a El Salvador se trasladó hasta en el año de 1967, cuando se fue a vivir a Sonsonate, ciudad en la que comenzó a trabajar por las personas más necesitadas.
Ahí fundó la Asociación Agape, la que ha dado de comer, estudios, preparación técnica, ayuda espiritual y aportes a la salud de miles de salvadoreños.
Su muerte a los 86 años, tras complicaciones por COVID-19 ha impactado a quienes lo conocieron y recibieron su ayuda.
La tuitera @ElainedeLiebe publicó. «Muchos de los jóvenes sonsonatecos nos beneficiamos de los programas educativos que el Padre Mucci a través de la Asociación Ágape impartían. Gracias hasta el cielo padre por ser el primer ser humano en el Salvador en creer en los jóvenes. El cielo hoy recibe al ángel de nuevo».
En la publicación agregó, «un ser humano lleno de bondad. Gracias a su fundación tuve mi primer título y mi primer trabajo formal. Gracias Padre Mucci, El cielo recibió al Ángel que nos acompañó a muchos a realizar sueños con oportunidades».
El reconocido tuitero Dino Safie, también se pronunció y publicó un mensaje en la que aparece en una foto junto a Mucci. «Parte de sus obras: Comedor abierto, ambulancias, asilos, nutrición de recién nacidos, educación superior accesible, aldeas SOS (niños huérfanos), tv y radio positiva, clínicas comunales. Gracias Flavián Mucci».
«El Padre Flavián Mucci hizo más por este país y por la gente humilde que todos los políticos. Un extranjero que dejó su corazón en El Salvador, debería haber duelo nacional. Descansa en paz hombre de fe, hombre de amor, hombre de Dios», escribió el tuitero.
El médico Roberto Orellana, conocido popularmente como Chuperto, fue más expresivo en su publicación y describió el lado más humano del sacerdote. «No es solo un decir, pero alguna vez conocieron un ángel de carne y hueso?….yo Sí, Flavián Mucci. Me enseñó a decir “Te Amo” a mi familia cada domingo que acudíamos a misa en Ágape. Él decía que perdíamos el tiempo al no decirle te amo a tus seres queridos!».
Según Chuperto, los sonsonatecos crecieron con las obras de Mucci, mencionó los colegios, instalaciones deportivas, asilos, iglesias, hospitales y otras obras que realizó.
«Le cambió la vida a tanta gente, dándoles un trabajo, un lugar donde dormir, comer y vivir. Decidió ser sonsonateco más que cualquier otro, dio su vida, su corazón a un pueblo ajeno a su Boston», escribió el médico.