El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció ayer que impondrá un toque de queda en dos zonas del país para «limpiar» las calles del narcotráfico y la delincuencia.
La medida que impide el libre desplazamiento de la población regirá de «9 de la noche a 5 o 6 de la mañana» en la provincia caribeña de Colón y en el populoso distrito de San Miguelito, contiguo a la capital panameña, dijo.
«Deseo que exista el toque de queda en esos dos lugares porque son quizás las zonas más afectadas por este tema de pandillas. El narcotráfico modificó toda la estructura delictiva», indicó el mandatario derechista en su conferencia de prensa semanal.
Mulino no precisó la fecha en que entrará en vigencia esta medida.
El toque de queda «es la única forma que tenemos, en tranquilidad relativa, de poder limpiar sus propias calles, avenidas y áreas más retiradas», agregó.
En las últimas semanas, han sido detenidas en Panamá decenas de personas, entre ellas policías y el hijo de un diputado, por su presunta relación con pandillas o el tráfico de drogas.
Según las autoridades, estas bandas trafican drogas y blanquean dinero procedente del narcotráfico. Además, la mayoría de homicidios en el país están relacionados con estas asociaciones criminales. Mulino afirmó que en su época de ministro de Seguridad durante el gobierno del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014) incautar una tonelada de droga «era de vez en cuando», mientras que ahora «es cosa de todos los días».