El papa Francisco reclamó en su mensaje de Navidad, cuando la mayoría de los países desarrollados han comenzado o están a punto de comenzar las campañas de inmunización contra la COVID-19, que se garantice que las vacunas lleguen a todos, en especial a los más vulnerables.
«En este tiempo de oscuridad y de incertezas por la pandemia, surgen luces de esperanza como el descubrimiento de las vacunas, pero para que estas luces puedan iluminar y llevar esperanza a todo el mundo, deben estar a disposición de todos», dijo el Pontífice.
Además, pidió que los «nacionalismos cerrados» no se interpongan en el acceso universal a la vacuna y que en el reparto de las inyecciones para frenar el virus “las leyes del mercado y las patentes” no se antepongan a la salud de la humanidad.
Una publicación hecha por El País de España, indica que mientras que los países ricos ya han comprado o apalabrado dosis de vacunas suficientes como para vacunar a sus poblaciones incluso varias veces, para los países pobres, que recibirán las inyecciones en un segundo tiempo, ni siquiera hay aún un calendario de vacunación.
Según People’s Vaccine Alliance, solo las naciones más ricas, en las que vive el 14 % de la población mundial, han adquirido el 53 % de las vacunas con mayores probabilidades de éxito.
El Papa quiere que cambien estas cuentas y solicitó, apelando directamente a los responsables de los Gobiernos, a las empresas y a los organismos internacionales, que se promueva la cooperación y no la competencia y que se busque una solución para todos.