Un nuevo debate político sobre el rol de los partidos Demócrata y Republicano está cobrando vida entre las comunidades de líderes inmigrantes previo a las elecciones de medio término en Estados Unidos. Las organizaciones reflexionan respecto al actuar de los alcaldes y gobernadores de Texas, Arizona y Florida, pero también sobre la reacción al envío de autobuses con familias en situación irregular hacia Washington D.C. Nueva York y Chicago.
Mientras el mensaje a los votantes conservadores de los funcionarios del Partido Republicano en Texas, Arizona y Florida es que ellos tiene un mayor control migratorio que el gobierno del presidente Joe Biden, también se ha puesto a prueba «el principio de qué tan proinmigrantes son las ciudades» de Washington D.C., Nueva York y Chicago, bastiones del partido gobernante Demócrata, opinó el director ejecutivo de Alianza Américas, Óscar Chacón, una de las organizaciones que apoya a sus instituciones miembros a atender con víveres, efectivo y asesoría legal a las familias afectadas que han sido enviadas en los autobuses desde Texas.
«Estamos convencidos de que el principal motivo de los gobiernos de Florida, Arizona y Arizona está absolutamente vinculado con la intención de crear confusión, temor y distracción en el marco del proceso electoral», dijo Chacón.
«Estos gobernadores, al igual que la mayoría de los líderes del Partido Republicano, están convencidos que la promoción del desprecio, el odio y el rechazo a las personas extranjeras que provienen de México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, es algo que les da más razones a los ciudadanos conservadores de salir y votar por sus candidatos», manifestó.
«Al final de cuentas, lo que los republicanos quieren es tomar acciones que les hagan lucir como personas valientes y determinadas en la lucha contra los extranjeros en sus propios estados, pero también el proceso generar discordia en ciudades que son dominadas por el Partido Demócrata», agregó.
Y es que hasta el momento, demócratas como el alcalde de Nueva York, Erick Adams y Muriel Bowser, alcaldesa del distrito de Columbia, se limitaron a solicitar mayor ayuda federal para atender a las decenas de familias que llegan en los autobuses.
De no ser por las organizaciones como La Red de Liderazgo Religioso de Chicago en América Latina, el Centro Romero, la organización Illinois Workers In Action, Caridades Católicas, el Centro de Recursos de Centroamericanos (CARECEN) y Alianza Américas, los inmigrantes quedarían desamparados al bajar del autobús. Las organizaciones han atendido a más de 8,000 personas en Washington DC, en Nueva York cerca de 1,000 y en Chicago aproximadamente 800 inmigrantes.