Históricamente, a diferencia de la madre, las funciones del padre dentro de la familia siempre estuvieron alejadas de las actividades que involucran el cuido y entretenimiento de los hijos.
Para el hombre, el proceso de aceptar su rol de padre es un poco particular, ya que, aunque se involucre activamente en el embarazo, siempre lo vivirá desde fuera. Sin embargo, el interés que demuestran los hombres de la actualidad para ser soporte de la pareja es fundamental para una exitosa crianza de los hijos.
Cada vez es más usual ver por parte del sexo masculino la adopción de nuevas funciones que les permita asumir por completo su rol dentro de la familia, y así poder adentrarse al fascinante mundo de ser padres.
Para la psicóloga y experta en desarrollo infantil, Katherine Campos, en nuestra cultura el involucramiento de los hombres en la familia tenía más que todo que ver con el rol de ser proveedores del soporte material de los hijos y de la esposa, lo que lo impedí la interacción afectiva entre padre e hijo.

Pero ahora, esta concepción se ha ido transformando debido a la incorporación de la mujer al mercado laboral y a una nueva visión del hombre, quien ha logrado dejar atrás temas asociados al machismo que en la mayoría de los casos se convertía en el mayor impedimento para lograr una paternidad responsable.
«Hay muchos papás que quieren involucrarse en la crianza de sus hijos, pero al mismo tiempo existe aún esa parte machista de siempre tener que preguntar o querer tener la opinión de otras personas para saber si están actuando bien. Afortunadamente, la situación ya no es la misma. Antes, el papá se desligaba de la crianza del bebé debido a que solamente él era el proveedor, pero ahora que mamá y papá cumplen un rol laboral, hay más conciencia que la crianza y los cuidados de los hijos debe de ser equitativa», explica Campos.
La psicóloga añade que gracias a los nuevos modelos familiares que han sido adoptados por los padres, el hombre demuestra una presencia más activa, lo que impacta positivamente en el desarrollo psicosocial de los hijos e hijas, permitiendo tener niños más felices y con una formación mental adecuada.
«Tanto el ejercicio de la autoridad como la distribución de las tareas domésticas, de cuidado y crianza de los hijos e hijas son campo de conversación, negociación y de compartir responsabilidades. La función del padre es primordial. Cuando este no participa en la crianza, el niño no tiene un patrón de autoridad a seguir que solo brinda el hombre. La madre es más emocional y afectiva, el rol del padre es más estricto y autoritario».

Campos exhorta que el involucramiento de los padres en actividades como alimentar al hijo, bañarlo y jugar con él, representan acciones que traerán beneficios para la salud emocional de la familia, a corto y largo plazo.
Jugando con papá
Sin duda una de las experiencias más bonitas en las primeras etapas de vida de todo hijo es cuando llega el momento de jugar.
Lograr ver su felicidad mientras descubre el mundo es una de las cosas más fascinantes, pero no solo eso, jugar con un hijo tiene beneficios que ni siquiera imaginas, explica Amada Baires, psicóloga e instructora de estimulación temprana de Gymboree, un espacio donde trabajan la estimulación sensorial temprana, psicomotricidad fina y el desarrollo cognitivo a través de la música, el arte y la creatividad en niños.
«El aprendizaje durante el juego es mutuo. Los papás aprenden más cosas sobre sus hijos mientras que estos aprenden los valores que se generan durante el juego como la tolerancia, imaginación y felicidad».

Según Baires, uno de los pilares fundamentales -además del bienestar físico, social y emocional de los hijos- es la participación de los padres de familia en el desarrollo de las diferentes actividades del niño durante el día, ya que a través de esto se crean experiencias que determinan la construcción de autoestimas más saludables y vinculantes.
Los primeros cinco años, dice la experta, se crean experiencias que van a impactar su futuro. Entonces, para nosotros el acompañamiento de papá es fundamental. Se crean lazos mucho más fuertes, niños más capaces de superar obstáculos, que se van a enfrentar al mundo con más ganas.

Recalca que el rol maternal y paternal cumplen una función específica para la formación de la conducta del niño. En el caso del padre, por su naturaleza de autoridad y libertad, permite la construcción de personas más seguras y determinadas.
En Gymboree reciben niños 0 a 5 años en donde papás y mamás participan en diferentes actividades de estimulación de niños y niñas. Son sesiones de 45 minutos en horarios de lunes a domingo.