La diócesis de San Miguel ha comenzado las actividades previas a la celebración del centenario de la coronación pontificia de la Reina de la Paz, patrona de los festejos de la Perla de Oriente y de El Salvador, a quien se dedican las fiestas patronales en noviembre próximo en esa ciudad.
Las actividades religiosas que anteceden a la celebración iniciaron el pasado 22 de mayo, con la primera peregrinación hacia la catedral migueleña, de las parroquias de la zona norte de La Unión, y que son parte de la diócesis de San Miguel.
Pero el acto principal se llevará a cabo el 21 de noviembre, cuando la imagen de la Reina de la Paz llevará la corona de oro esculpida hace 100 años, que posee un simbolismo y un valor histórico para los migueleños y los países de Centroamérica.
Hace una centuria, dicha corona junto al resto de accesorios solo adornaron la imagen durante tres años, y desde entonces han permanecido resguardados por motivos de seguridad.
«Los católicos migueleños [de aquella época] recogieron oro donado por los feligreses y pidieron una piedra preciosa a cada presidente centroamericano. Con ese material elaboraron una corona con preciosos detalles y cuyo valor es incalculable; es decir, este año se va a coronar a la Reina de la Paz con su corona original, con la que fue coronada hace 100 años. También elaboraron un material para el niño y una palma de oro que colocaron a la Reina de la Paz», detalló el sacerdote Claudio Maldonado.
En la víspera de dicha celebración también se desarrollará el tradicional festival mariano, que por la pandemia no se pudo llevar a cabo en 2020, pero para esta ocasión se ha pensado en contar con la participación de 10 ministerios de alabanza distribuidos en la 4.ª calle oriente, que es parte de la ruta del recorrido de la imagen.
Los accesorios de oro que forman parte del patrimonio cultural religioso de los migueleños solo serán vistos el día de la fiesta patronal, durante la eucaristía y posiblemente en la procesión de la Reina de la Paz, que este año será cargada en hombros y no en una carroza como tradicionalmente se hace.
«Esta es una celebración de país, recordando que desde 1966 la Reina de la Paz fue declarada por el papa VI patrona principal de la república de El Salvador; es decir, que todo el país tiene que unirse a esta gran fiesta», agregó Michael Guevara, miembro del comité organizador.
También está previsto que la imagen, elaborada de una sola pieza de madera, sea restaurada este mes por un experto de origen español, que ha sido elegido por la Conferencia Episcopal de El Salvador.