«El que persevera alcanza», afirma un dicho popular que se convirtió en la insignia de José Domínguez, quien, tras pasar momentos difíciles en su vida, incluido el secuestro y asesinato de su primogénito, asegura no darse por vencido al trabajar en la promoción del amor a Dios, la familia y el rescate de los valores.
No obstante, nada ha sido fácil, a tal punto que intentó quitarse la vida con veneno para ratas debido a la depresión que padeció debido a diversas situaciones que le tocó enfrentar en el pasado: cárcel, deudas, divorcios, entre otros, pero ese intento de suicidio le cambió la vida y le dio una nueva oportunidad que valora hasta la fecha.
«Caí en depresión. Conseguí una pastilla para matar ratas y estaba a punto de tomármela, y alguien me llamó y me dijo que Dios le había dicho que orara por mí. Solté el veneno, y me dijo: “Dice el señor que tiene cosas grandes para ti”. En eso me dormí y tuve un sueño en el que me vi como payaso con una biblia. Cuando desperté, dije: “Diosito, hoy sí te pelaste”», comentó José.
En ese instante asegura que abrió su Facebook y le envió una solicitud de amistad a un payaso, quien se la aceptó, y ahí fue donde empezó su formación como artista en el Hospital Bloom.
Durante cinco meses trabajó como el payaso Chocoyito, antes de enfrentarse a una dura prueba: la pérdida de su hijo Natanael, quien a los 18 años se convirtió en una víctima más de la violencia que estaba imparable en 2015.
De acuerdo con Domínguez, fue después de ese momento cuando se replanteó su vida y creó el proyecto Buscando Sonrisas, con el que, además de llevar alegría a chicos y grandes, comparte un momento de reflexión para su público, con el objetivo de promover el amor a Dios, la familia y los valores.
«Buscando Sonrisas enseña tres fundamentos: Dios, familia y el rescate de valores. Cuando lo inicié era muy duro porque no me dejaban ni entrar a las escuelas, pero el que persevera alcanza. Durante la presentación les digo a los jóvenes cómo he visto madres que andan con canastos, que se han caído y se han levantado por darles estudio, y ellos son desagradecidos. Luego, a los padres les digo que ahora que hay redes sociales están pendientes de eso, pero no lo están de sus hijos», explicó.
El show de Chocoyito, con el que lleva diversión y risas, es solo la antesala del testimonio de la muerte de su hijo, quien fue secuestrado y asesinado hace seis años.
Durante el relato logra ganar la atención de su público, que se mantiene expectante a la historia y con la cual hace reflexionar sobre el amor y la unión que debe existir entre los padres y sus hijos.
«No hay que esperar a que cualquiera de las partes falte para lamentar no haber aprovechado su presencia en vida», enfatizó.
Así es como Chocoyito ha llegado a varios puntos del país, donde tiene como objetivo concientizar a los jóvenes y adultos sobre la importancia de buscar a Dios, promover el amor de familia y la práctica de valores, los que, a su criterio, se han perdido actualmente.
«Hemos estado en La Campanera [Soyapango], donde hemos llevado este evento y hemos logrado sacar a muchos jóvenes de las pandillas; también, a familias que estaban desintegradas y Dios las ha integrado. A través de esto, mi sueño más grande ha sido que el Gobierno pudiera apoyarme para hacer este evento libremente en todo El Salvador y contribuir a la prevención de la violencia», comentó.
Recientemente, con motivo del Día de la Madre, se presentó en el Centro Escolar Las Vistas, en Ilobasco, Cabañas, donde los asistentes, entre risas y lágrimas, destacaron la labor que Chocoyito lleva a cabo.
«Es una enseñanza muy buena tanto para padres como para hijos. La reflexión de él es bastante conmovedora, y a nosotros como padres nos hace pensar mucho, hace que uno cuide, preste más atención a sus hijos y les enseñe más valores», comentó José Durán, uno de los padres que asistieron al evento.
Yancy Galdámez, docente del Centro Escolar Las Vistas y concejala de la alcaldía de Ilobasco, sostuvo que «es una experiencia bastante enriquecedora en el área socioafectiva, ya que se tocan las dos partes de la moneda, tanto a los padres con el acercamiento hacia sus hijos y de los hijos hacia sus padres».
José afirmó que, en su afán de continuar llevando su mensaje a todas partes, ha logrado viajar a República Dominicana, Nicaragua, Colombia, entre otras naciones, por lo que detalló que registró su proyecto ante el Centro Nacional de Registros (CNR).