La Unidad Canina de la Fuerza Armada cuenta con perros entrenados para detectar explosivos y todo tipo de drogas que son transportadas por delincuentes.
«En el caso de los perros antinarcóticos, les enseñamos que tiene que sentarse (como muestra que han detectado algo), por lo general no ladran cuándo encuentran el objetivo, solo olfatean y se sientan», manifestó Raúl Ernesto Fuentes Reyes de la Sección Canina de la Fuerza Armada.
En el caso de los perros que son adiestrados para detectar explosivos, dijo que pueden distinguir siete tipos de olores de sustancias con las que son elaborados, tal como: C4, TNT, mecha lenta, cordón detonante, dinamita, pólvora negra y hasta diferentes tipos de armas.

«Entrenamos a cada perro para que puedan hacer un marcaje pasivo, quiere decir que se va a sentar indicándonos que el explosivo está allí, pero su forma de entrenamiento es muy diferente porque para que ellos distingan el olor de la marihuana, por ejemplo, tenemos que utilizar el kong y ponemos la droga a la par para que vaya detrás del juguete y a la vez distinga que tiene ese olor», manifestó el militar.
El experto dijo también que el adiestramiento de los animales se prolonga por hasta más de un año.

A propósito, comentó que los canes son entrenados desde los cuatro meses de nacidos y que se les enseña a señalar y tomar el objetivo. Se entrenan con técnicas de presa, transición y defensa. En algunos casos se hacen simulaciones que detectan presas como un conejo u otro animal.
«Entre más perfecto lo va haciendo, más le vamos exigiendo para que vayan ladrando y nos puedan avisar», sostuvo Fuentes.
Antes de entrar a un posible escenario, el can olfatea humedad, temperatura y partículas. En una simulación se coloca droga en el motor de un carro, luego son puestos en la escena y olfatea llantas, puertas, el baúl y capó, en este último es donde permanece, lo que indica al agente que hay droga oculta.

El animal se inquieta, al punto que se sube hasta la rendija cerca de los limpia vidrios. Luego baja, vuelve a oler las llantas y se sienta. Esta acción no deja lugar a dudas, en ese lugar hay droga.
Expresiones como: «¡Bravo, chico!» por parte del agente guía le indican al perro que se ha ganado una recompensa por su buen trabajo al detectar droga, se les estimula con alimento su obediencia.
